Efromovich o los pilotos: ¿Quién es el 'avión'?

Dom, 01/10/2017 - 03:28
"Ilegales","inmorales","criminales","insignificante minoría","los responsables no tengan duda que van a pagar por lo que están haciendo". Tales señalamientos no hacen parte de un discurso contra lo
"Ilegales","inmorales","criminales","insignificante minoría","los responsables no tengan duda que van a pagar por lo que están haciendo". Tales señalamientos no hacen parte de un discurso contra los implicados en Odebrecht ni contra el Fiscal Anticorrupción Corrupto y su pandilla. Se trata de los calificativos injuriosos con los que Efromovich, presidente de Avianca, se despachó en contra de los pilotos por el solo "crimen" de exigir sus derechos laborales. Como trinó el Senador Robledo: “Si así los trata en público, ¿cómo será en privado?” Los medios de comunicación, que reciben miles de millones de pesos en pauta de la poderosa multilatina, satanizaron a los pilotos y azuzaron a la gente contra ellos. Y lo lograron. La opinión pública, por completo desinformada, comenzó a rechazar con ira las peticiones de los pilotos. Hay una fuerte cultura antisindical en el país. El relato dominante es que los sindicatos acaban las empresas y que un trabajador, antes que exigir mejores condiciones laborales, debería obedecer irrestrictamente a su patrón y agradecerle que le haya dado empleo. Y el que proteste o se atreva a subir una ceja es libre de irse a otra parte. ¿Dónde queda el derecho de asociación, la garantía utilizada por trabajadores y empresarios a lo largo del mundo para defender sus intereses colectivos, y cuyo ejercicio ha permitido el desarrollo de las empresas y las naciones? Es un derecho fundamental reconocido por el Art. 39 de nuestra Constitución Política, por Tratados Internacionales como el de Versalles y la Convención Americana de Derechos Humanos, e incluso por numerosas encíclicas papales. Los países nórdicos, todos altamente desarrollados, tienen altas tasas de sindicalización, así: 66% (Dinamarca), 68% (Finlandia), 82% (Islandia) 53% (Noruega) y 67% (Suecia). En Colombia, país subdesarrollado, es de menos del 4,6%. Solo cinco trabajadores de cada cien se encuentran asociados para luchar por sus derechos. Avianca, con Efromovich a la cabeza, ha puesto en práctica una agresiva política contra los trabajadores: tercerización laboral, creación de beneficios para trabajadores no sindicalizados con el fin de desestimular la afiliación al sindicato y discriminar a los que sí lo están (http://bit.ly/2x2R7iI), persecución y matoneo mediático, lo que le ha significado a la compañía millonarias sanciones, fallos en contra, desacatos y hasta arrestos de los directivos que se niegan a cumplir con las sentencias. Contrario a lo que dice Efromovich, la huelga de los pilotos sí está permitida. Así lo ha reconocido la Organización Internacional del Trabajo, OIT, en su doctrina (http://bit.ly/2kioI1s pág. 139). Tan es así, que los pilotos de Luftansa hicieron huelga en noviembre de 2016 por mejoras salariales, los de Air France el pasado mes de agosto por aumentos de salarios y de vacaciones, como también los de Ryanair y otros. Ahora, frente a las principales críticas de Avianca al pliego de peticiones de los pilotos (http://bit.ly/2fktfvt), hay que decir lo siguiente: 1. Se trata de una negociación, luego el pliego es un punto de partida, en el que se incluyen peticiones principales y otras subsidiarias, y siempre se dejan espacios para que haya margen de negociación. 2. El aumento solicitado del 60% se debe en parte a que en la época de vacas flacas, Avianca acudió a la solidaridad de sus pilotos y les pidió renunciar a los aumentos salariales a los que tenían derecho, y los pilotos accedieron. ¡Por la empresa! Ahora, en las vacas gordas, Efromovich los trata a las patadas y se niega a compensar su sacrificio (http://bit.ly/2x3mfJZ). Además, Avianca paga a sus pilotos en Perú 60% más y a sus pilotos en Brasil 40% más, mientras que otros holding sí pagan lo mismo, independientemente del país donde los pilotos tengan su estación base. 3. Los pilotos piden una jornada laboral justa, organizada y regulada. Trasnochar, madrugar, pasar derecho, descompensa el estado de salud de los pilotos, lo que tiene profundas repercusiones en la seguridad de los vuelos. “Muchas veces nos levantamos y no sabemos donde estamos, ni si es de día o de noche” me dijo un piloto con el que hablé. 4. Sobre los tiquetes ilimitados para toda la familia, lo que oculta Efromovich es que se trata de un derecho que tienen todos los colaboradores de la compañía en todos los países donde opera, con excepción de los pilotos de Colombia. ¿Acaso son diferentes las familias brasileras? ¿Por qué las familias de los pilotos de Perú y Ecuador sí, y las de Colombia no? El problema en Colombia no es que los pilotos ganen mucho. El problema es que el resto de los colombianos gana muy poco, fruto del atraso industrial y productivo y de la profunda informalidad en la que naufraga nuestro país. Los pilotos están en todo su derecho a presentar sus reclamaciones. Si abogados, médicos u otros profesionales no lo hacen, no es problema de los pilotos, sino de los demás profesionales que no se organizan ni exigen lo que les corresponde. No se trata de igualar por lo bajo. Se trata de buscar mejores condiciones en todos los sectores y eso solo es posible si se respeta el derecho de asociación. Antes que matonear a los pilotos por el atrevimiento de exigir sus derechos, deberíamos exaltarlos por su valor para organizarse y defender sus intereses. @AndresPachonTor
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