La labor que les impone Gustavo Petro a los Progresistas, a sus funcionarios y a toda la ciudadanía en general, de poner a más de ochocientas mil personas para reunirse en los encuentros ciudadanos donde se definirá la destinación de un porcentaje del presupuesto de la ciudad se puede ver como algo irrealizable, más si se tienen en cuenta las gestiones que han desarrollado los funcionarios de las anteriores administraciones de la ciudad frente a ese tema, lo que lleva a la terrible conclusión que la participación no ha sido un tema importante en años pasados.
No es para nadie un secreto y por supuesto nadie pretende disimularlo que las administraciones anteriores han manipulado para el beneficio de los acuerdos políticos las inversiones y gastos del presupuesto público. El poco presupuesto que llevan a un espacio de debate es ínfimo y en la mayoría de los casos es transformado al momento de ser ejecutado, ya sea por las entidades de orden distrital o las locales, estas últimas precisamente donde más se transforman las decisiones de la ciudadanía, quienes a partir de convenios interadministrativos con entidades de bolsillo han logrado manipular el presupuesto y desvirtuar las decisiones de la ciudadanía.
La responsabilidad que recae sobre los progresistas y funcionarios de la actual administración es muy grande, y para poder desarrollar esta tarea a plenitud se requiere que el alcalde Petro dé los primeros pasos para que esto tenga buen futuro. No es necesario socavar para identificar en donde están los problemas pero tampoco se puede considerar que se tiene la verdad absoluta y revelada menospreciando procesos que llevan más de ocho años aportándole a la transformación social y en pro de la defensa de los derechos de la ciudadanía.
Algunas temas están al borde de una crisis en la ciudad, y deben contar con un personal idóneo para alcanzar las metas propuestas. El caso particular de la participación de los jóvenes en la ciudad es de importancia relevante, ya que en la última administración definitivamente paso a ser no más que una cuota burocrática o un favor a una persona que no le renuevan contratos en ninguna entidad, pues fue puesto en cabeza de personas sin las capacidades ni la experiencia para asumir un cargo de tal importancia. Y cuyo trabajo se resumió a la farándula y a entrometerse en temas que no eran de su competencia.
En Bogotá se cuenta con aproximadamente 1.600.000 jóvenes y la dependencia encargada del tema de participación en Bogotá, gerencia de juventud del Idpac, quién cuenta con un número significativo de gestores para cubrir el trabajo en todas las localidades más el apoyo de las alcaldía locales, si conociera como es el trabajo con jóvenes y alguna vez se hubiera involucrado con los procesos barriales y comunitarios, no tendría el desatino de manifestar como éxito del proceso la inscripción de no más de 35.000 y la participación real de tan solo 7.200 jóvenes en el proceso. Si la sensatez estuviera dentro de sus principios en vez de hacer un evento en el Teatro Jorge Eliecer Gaitán habría convocado una rueda de prensa y habría puesto a disposición de la ciudadanía su cargo, por el despilfarro de tanto presupuesto para una participación tan pírrica.
A lo anterior se debe sumar que a pesar de recibir esta dependencia sugerencias para la divulgación y circulación de la información para las inscripciones del proceso donde se elegirían a los Consejeros Locales de Juventud, dentro de su egocentrismo y derroche de fantochería, hicieron caso omiso a estas peticiones y se lanzaron como tromba sobre unos sectores ya comprometidos, dejando de lado a la gran mayoría, población que debe ser la que más le importe a la nueva alcaldía para lograr la meta de los 800.000 ciudadanos en los encuentros ciudadanos.
En la vida todo el mundo puede cometer errores, pero cuando alguien lo hace de forma consecutiva y sistemática, independiente del cargo que desempeñe, lo mejor es que no sea premiado con continuidades.
Y ya para terminar: como dice mi abuela “que dios, la virgen y todos los santos” iluminen a Gustavo Petro para poner a personas en esos cargos con las calidades éticas y humanas que garanticen el desarrollo del proyecto Progresista con el que se ganó la alcaldía y además le permitan identificar a esa cantidad de paracaidistas que gracias a sus amistades pretenden continuar en esta nueva administración.
Los jóvenes no son el futuro son el presente de nuestra transformación social, por eso la política que los afecta no debe estar en las manos equivocadas.
EL ROLLO DE LA PARTICIPACIÓN DE LOS JÓVENES EN BOGOTÁ.
Lun, 23/01/2012 - 17:30
La labor que les impone Gustavo Petro a los Progresistas, a sus funcionarios y a toda la ciudadanía en general, de poner a más de ochocientas mil personas para reunirse en los encuentros ciudadanos