@BaldomeroPessoa
El voto en blanco es una romántica manifestación de descontento político, siempre y cuando, se ejerza en elecciones para cargos uninominales, es decir, para alcaldes, gobernadores o presidente. Para cuerpos colegiados (concejo, asamblea, y congreso), es un simple "canto a la bandera". Con la excusa de "no hay por quien votar", muchos disfrazan su pereza o desconocimiento, en “inteligente protesta”. Siendo pragmático, se podría decir que en todos los partidos hay buenos candidatos, las listas son amplias y plurales. Aunque uno termine por pensar que “siempre son los mismos con las mismas”, en el congreso actual hay gente muy valiosa, pero hacen "falta más".
Si su posición de voto en blanco es para las elecciones presidenciales, está muy bien. Incluso en un hipotético caso de resultar ganador, sería una manifestación de poder por parte de los electores, y las elecciones tendrían que repetirse sin Santos, Vargas Lleras y demás. Pero para el Congreso, hay que pensarlo mejor. Está en las manos de los ciudadanos y del voto libre, elegir una cantidad considerable de congresistas buenos y honestos, y claro que habrá colados (la lucha es contra las maquinarias y la dulce mermelada), pero es nuestro deber votar por los mejores. La cultura política empieza con los buenos ejemplos. ¿Por quién votar entonces? Diez candidatos para el Senado por los que vale la pena votar: Claudia López, Antonio Navarro y Jorge Iván Ospina (Alianza Verde); Jorge Robledo, Rodolfo Arango y Álvaro Cardona (Polo Democrático); Judith Pinedo, Guillermo Rivera, Eugenio Prieto y Sofía Gaviria (Liberal). Para Cámara por Bogotá, dos mujeres brillantes, honestas y trabajadoras: Angélica Lozano y Ángela Robledo (Alianza Verde); para Cámara por Antioquia: Juan Valdés y Jairo Herrán Vargas (ASI), y Rodrigo Saldarriaga (Polo Democrático).En el nuevo congreso se discutirán los temas más importantes para los próximos 20 años, una reforma estructural a la justicia, el proceso de paz (justicia transicional, reparación y posconflicto), reforma agraria, reforma a la educación, derechos de igualdad para las diversidades sexuales, y una sana reforma política (eliminar reelección, limitar periodos del legislativo, sistema de distritos electorales). Entre muchas otras.
El desafío es inmenso, y con un grupo de parlamentarios serios y honestos, se empiezan a derrotar las viejas costumbres clientelistas y de maquinarias.
Salga a votar, si quiere un poquito esta tierra que llama país. nadaesmentira.wordpress.com