Oscar Wilde decía que la verdad del arte es la unidad de una cosa consigo misma, lo exterior convertido en expresión de lo interior, el alma hecha carne, el cuerpo animado por el espíritu. El bailarín colombiano Fernando Montaño, recientemente publicó su autobiografía titulada, Una Buena ventura, donde narra los sacrificios y logros que tuvo para brillar en el Royal Ballet de Londres.
Fernando describe cada momento de su vida a tal punto que uno puede conocer lugares como Buenaventura, la Cuba de Fidel y países donde el ballet es importante como en Francia, Italia, Estados Unidos e Inglaterra. Lo fascinante de esta historia es ver a un colombiano de una ciudad apartada, con dificultades económicas, superar las barreras sin sentido que le impone su propio país. Cuando era niño, Fernando nunca se imaginó que el color de su piel lo pondría en desventaja, por eso su padre le decía que haga lo que haga debe destacarse más que los demás.
El papel de los medios de comunicación en la vida de Fernando ha sido transversal. El Billy Elliot Colombiano fue el reportaje que inicialmente hizo El Tiempo y que mostró como un joven soñador de Buenaventura más adelante lograría poner de pie a la Reina Isabel II de Inglaterra. La historia de Fernando se sigue escribiendo, para muchos se ha convertido más que en un bailarín exitoso, en un referente de inspiración.
La soledad, el calor y la libertad en el escenario que experimenta Fernando en sus presentaciones, se pueden sentir en la medida que uno avanza en la lectura. La sensibilidad con la que va asociando la historia de su vida con la música, la literatura y los mejores platos de comida es cautivante. En este caso es con el ballet, una danza donde los bailarines vuelan con sus cuerpos erguidos y elegantes con la que Fernando logra romper estereotipos y demostrar que vale la pena tomar riesgos.
Espíritu vivo
Mar, 02/04/2019 - 09:42
Oscar Wilde decía que la verdad del arte es la unidad de una cosa consigo misma, lo exterior convertido en expresión de lo interior, el alma hecha carne, el cuerpo animado por el espíritu. El baila