La región de Norte de Santander y en especial su capital San José de Cúcuta es reconocida históricamente por su condición de frontera, factor que ha facilitado grandes fenómenos migratorios y lucrosas actividades económicas propias de una región limítrofe con un país que hasta hace unas décadas gozaba de grandes riquezas.
Sobre la década de los años 20’s el puente internacional Simón Bolívar, era un viejo paso metálico por donde otrora solo se podía transitar por turnos sobre el único carril existente, aquella simple estructura sería el empecinado eslabón que mantendría a Colombia y Venezuela como naciones hermanas.
Según Carlos luna, Director de la cámara de comercio de Cúcuta – CCC-(2016) las cifras anteriores al cierre de la frontera, en el 2015, reflejaron que diariamente atravesaban los pasos fronterizos, ocho mil vehículos y cerca de 200 mil personas. Esta obra de ingeniería contribuyó al despegue del desarrollo comercial de los dos países y dio el nombre de la frontera más dinámica de sur América.
De allí la importancia de la apertura total de la frontera, puesto que le permitiría a Norte de Santander refrendar la presencia activa y exitosa de comerciantes y empresarios extranjeros, la misma que sucede desde mediados del siglo XIX.
¿Por qué Fue una de las Fronteras más Dinámicas de América Latina?
Ante la constante devaluación del peso colombiano, el valor del bolívar en la frontera fue en aumento desde $1.64 en 1961, hasta $17.32 en febrero de 1983 de acuerdo a cifras de la CAF banco de desarrollo de américa latina. Esta diferencia cambiaria significó para la región una bonanza, fomentando un intercambio constante y en continuo crecimiento. Esta situación generó cierta dependencia para Cúcuta durante varios años, especialmente desde 1961 año en el que fueron descubiertos yacimientos de petróleo en Venezuela y el consecuente aumento de su riqueza y la consolidación de la llamada bonanza petrolera.
En ese sentido, Andrés Cristo (2018), Senador de la República, señaló que “Es necesario recordarle a la gente de hace treinta o cuarenta años cuando era una ventaja y cuando abusamos de ella, esto significó recostarnos a las condiciones que en ese momento ofrecía Venezuela que eran completamente favorables”, sin embargo el panorama económico cambió radicalmente y la divisa venezolana se vino al piso dejando atrás esta inigualable época.
En economías capitalistas, la devaluación de la moneda es usada como medida para fortalecer la economía, apoyándose en las ventajas competitivas de mejores precios para el intercambio. Esta estrategia, fue utilizada en Venezuela por múltiples gobiernos, sin embargo no tuvo el éxito esperado.
Los eventos históricos que han construido y resignificado a la ciudad de Cúcuta permanecen ligados de forma indestructible a su condición de frontera, para bien y para mal así es, por lo cual no se trata de intentar cambiar algo imposible sino de cómo generar desarrollo local para que el factor geográfico no sea determinante sino que su incidencia cada vez sea menor en los escenarios económicos.
Dicho desarrollo local también depende en gran parte del respaldo del Presidente Duque, teniendo en cuenta que uno de sus principales compromisos en campaña con Norte de Santander están asociados al impulso del fondo de atención humanitaria, los permisos temporales laborales en Colombia y el refuerzo del control fronterizo para mitigar el contrabando.
Este momento coyuntural nos invita a repensar el tema para comprender que sin esfuerzo y cooperación estratégica Cúcuta no logrará volver a ser una de las ciudades pioneras de Colombia.