Colombia es un país de fiestas, costumbres y tradiciones. Todos los meses se celebran al menos cinco ferias, carnavales, reinados o festividades importantes, en los diferentes rincones de nuestra geografía. Los colombianos festejamos y celebramos todo el año, vivimos en un país tropical cuyos habitantes despliegan su espíritu alegre, parrandero y bullanguero, porque siempre tenemos un motivo para celebrar y si no existe no lo inventamos. Esta peculiar idiosincrasia, es la que nos ha permitido mantener vivas, a lo largo de los años, las diferentes tradiciones que son herencia de nuestros ancestros indígenas, españoles y africanos.
Agosto es el turno para que Medellín celebre su tradicional Feria de las Flores, en donde la Eterna Primavera florece cada año, con su Desfile de Silleteros. La primera Feria de las Flores se realizó el 1 de mayo de 1957, con una exposición de flores en el atrio de la Catedral Metropolitana y un pequeño Desfile de Silleteros alrededor del Parque Bolívar, en el que participaron cuarenta campesinos del corregimiento de Santa Elena. Igualmente se colocaron algunas casetas en diferentes sitios de la ciudad y fiestas privadas en los clubes sociales, a donde asistía la elite antioqueña.
A partir de 1958 se decidió celebrar la Feria de las Flores en agosto, mes en el que se conmemora la independencia de Antioquia. Con el paso de los años se han ido incorporando otros reconocidos eventos y hoy en día se cuenta con 140 programas diferentes, en los que el público puede escoger entre actos culturales, tradicionales y modernos tales como: La exposición de orquídeas, pájaros y flores, feria nacional equina, festival de orquestas, festival nacional de la trova, desfile de carros clásicos y antiguos, concurso de mujeres talento, caravana de chivas, caminata canina, tablados musicales y culturales, festival del recuerdo y de la canción popular, campeonato nacional de sonido sobre ruedas, entre muchos otros.
Lo más representativo de la Feria de las Flores es su Desfile de Silleteros, que hace alusión a todos aquellos hombres que entre el siglo XIX y hasta principios del siglo XX, trabajaban como cargadores, transportando sobre su espalda mercancía y personas por caminos estrechos en donde las mulas, bueyes y caballos no eran capaz de pasar. Desde muy niños comenzaban a realizar este tipo de trabajo y viajaban largas jornadas, a través de las empinadas montañas que surcan nuestro territorio, llevando sobre ellos cargas de hasta 75 kilos.
Más adelante en el siglo XX, debido a la falta de carreteras y a lo sinuoso del terreno, los campesinos del corregimiento de Santa Elena utilizaban las silletas para bajar hasta Medellín, las flores y hortalizas que cultivaban. Esta forma de transportar su mercancía, los distinguió del resto de campesinos que llegaban de otras regiones cercanas y con el tiempo terminó siendo la marca que aun los caracteriza. Desde 1957 y hasta el día de hoy, los habitantes del corregimiento de Santa Elena, son los encargados de realizar y llevar sobre su espalda, las monumentales silletas que año tras año, fabrican con tanto esmero y que maravillan a turistas y antioqueños. Esta es una tradición que pasa de generación en generación y que llena de orgullo a las familias de esa zona.
Este año la capital Antioqueña abre las puertas de su casa, para que todos gocen entre el 25 de julio y el 10 de agosto, de una ciudad que se revitaliza y reverdece cada año. Propios y visitantes disfrutan y saborean las delicias de las fiestas, en un ambiente colmado de alegría y regocijo, donde Medellín se viste de flores, que engalanan las calles, centros comerciales, parques y plazas de la ciudad. Este es un evento en el que se muestra la idiosincrasia y costumbres de los paisas, una raza pujante y altiva como las montañas Antioqueñas.