Me salió un 'vidrio' en un plato de un prestigioso restaurante en Bogotá

Mar, 04/07/2017 - 04:50
El hecho ocurrió el pasado 25 de junio en un bienquisto restaurante de Bogotá. Fue pésimo el seguimiento que le dieron a mi caso.

Disfrutaba uno de mis platos preferidos de ese restaurante cuand
El hecho ocurrió el pasado 25 de junio en un bienquisto restaurante de Bogotá. Fue pésimo el seguimiento que le dieron a mi caso. Disfrutaba uno de mis platos preferidos de ese restaurante cuando sentí que me tragué algo con una textura poco común. Aún tenía otro pedazo de lo mismo en mi boca y fui cuidadoso al intentar masticarlo nuevamente para descubrir que era. Sentí algo que parecía ser un pequeño vidrio. 33da940a-904d-4d87-b76f-fa73d389030e Prefiero evitar la descripción amarillista de lo peligroso que es tragarse un objeto extraño y más si es un vidrio. Quiero enfocarme en lo absurdo, lo indolente y la decepción tan grande que tengo con el restaurante. Llamé a la administradora y ella acudió inmediatamente. Le mostré el objeto que me tragué y el pedazo que logré rescatar. Ella, preocupada por la situación, llamó al Chef y ahí comenzaron mis pesares. -“Es un pedazo de sobre cocción de un calamar”. –dijo el chef– Pero no lo era, mastiqué el objeto extraño nuevamente y un pedazo de calamar que el chef sacó y no hubo semejanza. “Es un pedazo de esfero” –dijo la administradora- Y yo seguía y sigo convencido que es un pedazo de vidrio pero ante tantas opciones de materiales podría ser cualquier cosa. Como era de esperarse, no me cobraron los dos platos de paella, las respectivas disculpas fueron citadas y solicité una prueba de laboratorio que me dijera que fue lo me tragué para así confirmar lo que al día de hoy pienso e insisto que es un vidrio. Un mosco en una sopa, un pelo en un postre, una piedra en el arroz, etc. Miles de cosas pueden pasar y ningún restaurante está exento de que le pase. Los buenos procesos en la manipulación de alimentos, la constante capacitación y profesionales responsables detrás de sus cocinas, minimizan cualquier tipo de error. Admiro y respeto los procesos de este restaurante en particular y entendiendo la industria y más cuando la critico, puedo dejar pasar cosas pero jamás aceptaré que ante una situación de alta gravedad nadie esté pendiente de un cliente. Tomaron mis datos, muy amablemente me ofrecieron una revisión con un médico y no lo acepté, solo quería saber con certeza lo que me había tragado cuya forma no tenía nada corto-punzante o de lo contrario ya lo habría sentido y otra sería la historia. Me retiré del restaurante, aburrido, con hambre, mal genio y preocupado por la situación. Mi día finalizó y no pasó a mayores el incidente. No sé cómo reaccionaría usted ante una situación de estas. Supongo que el sentido común me dictaría hacerle un seguimiento al cliente, llamarlo ese mismo día para saber como siguió, pero no fue así. Pasó la tarde del domingo, lunes, martes y el día miércoles en la noche llamé a la administradora y le extendí mi disgusto. ¿Cómo es posible que un cliente se “traga” un supuesto vidrio y nadie es capaz de llamar a ver cómo está? ¿Hasta adonde llegó la “investigación”? ¿Hicieron las pruebas para saber qué fue lo que salió en esa paella? ¿Les interesa saber cómo llegó eso ahí? -“Señor Santiago, ya lo íbamos a llamar” –“Ajá”, bueno… ¿Dónde están los resultados del objeto? –Pregunté–  No estaban, en cambio recibí infinidad de disculpas que con todo el corazón fueron aceptadas pero no tenían la respuesta que supongo tengo derecho a saber. "¿Qué carajos fue lo me tragué y salió en ese plato?" Fue hasta el día viernes 30 de junio que recibo por parte del administrador un email que tampoco traía la respuesta esperada. Al revisar el objeto encontrado, se tenían dos hipótesis, primero la sobre cocción del calamar causando endurecimiento extremo de la porción y segundo, el ser un objeto extraño proveniente de un lapicero en estado defectuoso, tomando más fuerza este último debido a los análisis realizados a la muestra, luego de conocerse esto se evidencia que no se hallan indicios sobre alguna toxicidad en el producto causada por la presencia de este objeto extraño”. Muchas gracias, ya sabía que no era tóxico, de haber sido así no habría necesitado esperar 5 días y este poco atlético 'cuerpito' me lo hubiera hecho saber de la peor forma y sin mucho protocolo. Respondí el correo solicitando que me entreguen mi “pedazo” de lo que sea que haya sido lo que salió en el plato, para hacerle yo mismo las pruebas respectivas y descubrir que es y así generar alguna hipótesis de cómo llegó eso ahí para que ellos hagan las correcciones del caso. Mi recomendación para el restaurante: Es preferible excederse en atenciones con un cliente y no dejar pasar los días como si no importara lo que pasó y solo reaccionar cuando reciben una llamada de disgusto. La situación no deja de ser peligrosa. Sea lo que sea que haya sido lo que salió en aquel plato, una actitud interesada permite sentir el interés real de una empresa que acepta su equivocación y se interesa por un cliente y su bienestar. No quiero nombrar el restaurante, ni su locación, ni el nombre de los administradores y mucho menos escribir con fines destructivos. Tampoco estoy de acuerdo con escándalos en redes sociales para aprovecharse de una marca reconocida. Esta es una carta para el dueño o sus dueños, de parte de un cliente inconforme que merece respuestas, que ha trabajado durante años en el sector y espera que los errores cometidos y nombrados sean un ejemplo para futuros casos y se tomen las correcciones pertinentes. Dicen que las grandes ideas así como las grandes acciones, no necesitan trompetas. Espero sea bienvenido mi aporte para mejorar su ya excelente atención y nunca más un cliente tenga que sentir tan alto desinterés ante una situación como esta. Espero tener de regreso el objeto “extraño” que salió y no se preocupe Señor administrador que no aprovecho ni aprovecharía una situación de estas en mi favor para hacerle daño a su marca y tradición. Basta para mí entender qué pasó y que su dueño esté al tanto de mi carta y de lo que pasó. Con reiterados agradecimientos por su amable atención y sentimientos de la más alta consideración, me despido.   Santiago D. Otero IG @lascriticasdetato FB: Las Críticas de Tato Twitter: @tatootero79
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