Luego de cinco horas de vuelo aterricé con un hambre implacable, por aquello de que ahora las aerolíneas se ahorran cada peso limitando el equipaje de mano y ofreciendo café y agua únicamente.
A las once de la noche un domingo, por muy gran ciudad que uno visite, poco encuentra abierto. Sin embargo, In-n-out abre 24 horas al día, lo que me permitió comerme un par de hamburguesas (de las más deliciosas) e irme a dormir.
Los Ángeles es una ciudad mística, entre muchas cosas, por sus tantos contrastes. En esta época del año complace particularmente la brisa fresca y el calor de los rayos del sol a la vez. A lo lejos, el desarrollo industrial se percibe en cada fábrica y edificación.
De cerca, el exotismo entre carreteras de cinco carriles y avisos en español confunden por dar la impresión de una Latinoamérica avanzada en territorio gringo. Su misticismo, sin embargo, emana de los múltiples parques naturales y ese silencio ensordecedor que nos permiten poner en contacto nuestro espíritu con la naturaleza y la energía del universo.
Los Ángeles, además de mística, es una ciudad para intelectuales, así lo representa una de sus atracciones mas populares en el área, el observatorio Griffith. El nombre lo lleva en honor al filántropo estadounidense Griffith Jenkins Griffith, quien donó muchos kilómetros de tierra y otros cientos tantos miles de dólares para construir el parque que lleva su nombre, así como el observatorio.
[caption id="attachment_793058" align="alignnone" width="1024"] Fotos: @Salua Kamerow/ Kienyke.com[/caption]
Sin embargo, no todo lo que hizo Griffith es meritorio. Por “locura ocasionada por el alcohol”, según su abogado, le disparó a su esposa en el ojo y terminó pagando una condena que solo los millonarios pagan por delitos graves, dos añitos de prisión. Luego salió a “hacer el bien” y dignificar su honra, pero ya era tarde. De su legado quedaron tres cosas, su personalidad de criminal, el parque y el observatorio.
[caption id="attachment_793062" align="alignnone" width="1024"] Foto: @Salua Kamerow/ Kienyke.com[/caption]
El observatorio es una estructura de otro mundo. Se puede subir en carro o a pie y durante la subida se puede apreciar el famoso letrero de Hollywood. Llegar hasta donde está el letrero es imposible porque está ubicado en propiedad privada. No obstante, se visualiza claramente desde el caminito a pie y a distancia desde el Observatorio.
El observatorio es una salida al cosmos. En la cima hay tres telescopios gigantes que, dependiendo de qué tan despejado esté el día, permiten visualizar las estrellas y las erupciones del sol. En ocasiones, la administración del observatorio organiza fiestas patrocinadas por la Sociedad Astronómica de los Ángeles, y sacan telescopios durante la noche, localizándolos afuera del observatorio para poder visualizar objetos en los Ángeles.
[caption id="attachment_793063" align="alignnone" width="1024"] Foto: @Salua Kamerow/ Kienyke.com[/caption]
El planetario está ubicado en el domo de la edificación. De vez en cuando, en él tienen un presentador experto en astronomía hablando de los últimos estudios y comunicándole a la gente los descubrimientos recientes y creando la cultura por conocer del planeta.
Por otro lado, la tecnología usada en estas presentaciones es de punta. Los proyectores a láser tienen excelente resolución y brillo y proveen un contraste intensificado de las imágenes. Pareciera sentirse uno en el vacío del espacio.
[caption id="attachment_793061" align="alignnone" width="1024"] Foto: @Salua Kamerow/ Kienyke.com[/caption]
El observatorio estaba repleto de gente y no pude quedarme más que un par de horas. Sin embargo, existen muchas exhibiciones que van desde la simple presentación de las fases de la luna hasta los tipos de eclipses ilustrados paso a paso. Definitivamente un lugar para visitar y llevar a nuestros hijos.
Salí a buscar sushi, ¡qué mejor lugar para comer pescado fresco que en Los Ángeles!
Así me despido hoy desde Los Ángeles, mañana desde el Parque Nacional Joshua Tree en compañía de la influenciadora en las redes sociales @themegansullivan
@donajodona
Observatorio Griffith en Los Ángeles, California
Mié, 06/12/2017 - 11:00
Luego de cinco horas de vuelo aterricé con un hambre implacable, por aquello de que ahora las aerolíneas se ahorran cada peso limitando el equipaje de mano y ofreciendo café y agua únicamente.