El Secretario General del actual Ex-Presidente es considerado como un peligro para la sociedad al haberse aprovechado de su condición como funcionario público para delinquir.
La Corte Suprema de Justicia declara que las pruebas obtenidas en el Computador de Raúl Reyes no son confiables.
El Departamento del Tesoro de EE. UU. suspende los pagos que tiene pendientes para evitar ir a la bancarrota.
El Sistema de Salud colombiano se usó como caja menor de los funcionarios a cargo de las EPS y de los partidos políticos de turno.
Cada día los medios de comunicación eligen mostrar este tipo de noticias a su amaño, ya sea de manera velada o en muchos casos actuando por omisión y ni siquiera mencionando la noticia en cuestión. Esta forma tan particular de contar las cosas a medias, o de ni siquiera contarlas, se debe quizás a que este tipo de información podría llegar a ser peligrosa para mantener los estándares actuales y podría desestabilizar esa sensación de normalidad que es tan útil para continuar pensando que estamos en la vía del “progreso”.
Poner las cosas en perspectiva y comprender la dimensión de los hechos que se presentan a diario no sólo es un derecho sino que es una responsabilidad. Es la manera en que no sólo se vive en función del texto (en Colombia no hay conflicto armado) sino del contexto (la realidad socio-política y económica del país).
Si se comprende que la administración colombiana anterior se dedicó a delinquir la mayor parte del tiempo, se podría comprender un poco mejor la complejidad de la situación social colombiana. Si se comprende que la cantidad de personas en el mundo está aumentando a un ritmo mayor que al que aumentan los recursos, y que la cantidad global de dinero circulante es etérea se podría entender que la actual no es una crisis económica cualquiera, y que es más bien el abrebocas del futuro estándar de vida basado en la carencia y en la miseria.
Seguir en una etapa de negación radical hace que importe más el estreno de una telenovela edulcorada y predecible que el clamor democrático que se extiende por Europa desde Madrid. Los modelos de vida se dictan desde las pantallas saturadas de colores sobreexpuestos y de imágenes vertiginosas. Tal vez valdría la pena entender que la historia no empezó ayer, ni siquiera hace 9 años; que vivir en función de la imagen es enfrentarse a la posibilidad de que la burbuja y la pantalla algún día estallen y dejen miles de millones de seres huérfanos de una realidad inmediata.