A propósito del voto en blanco

En uno de los últimos comunicados de las Farc desde La Habana, el grupo insurgente en su clásico estilo prosopopéyico que en nada difiere del de los políticos tradicionales colombianos,  soltó una perla que ha pasado un poco desapercibida para los “analistas políticos” de este país. Iván Márquez, su portavoz en Cuba, dijo que convocaban a las “organizaciones sociales y políticas, a la gente pensante…” a votar en blanco. Qué interesante, ahora que el voto en blanco aparece encabezando las encuestas por encima incluso del candidato-presidente Juan Manuel Santos, las Farc -que nunca tendrán una votación cercana al 40 por ciento que hoy dan los sondeos al voto en blanco- quieren apropiarse de este voto de protesta que aparece, en buena mediada gracias al poder que tienen hoy en día las redes sociales, por primera vez como un factor a tener en cuenta en el resultado una contienda electoral en Colombia. Es curioso cómo todo lo que cogen los políticos termina enlodado. Va a suceder con la tutela, que era un instrumento que tenían los más desprotegidos para defender derechos fundamentales como la salud. Las trescientas tutelas del alcalde Gustavo Petro defendiendo su derecho fundamental a quedarse atornillado en el puesto terminará mandando al carajo la tutela, instrumento válido hasta ahora para gente que necesita protección. Ahora los dirigentes de las Farc, que además de guerrilleros son también políticos colombianos, van a enlodar este instrumento de protesta legítima que es el voto en blanco para hacer creer que todos los que hagan uso de él los están apoyando. Pero no solo las Farc. Ya hay un partido de los despabilados de turno que se ha inscrito para capitalizar ese descontento en medio de la confusión. Andan por las principales ciudades desplegando una bandera blanca desde una mafioneta igualmente blanca, pidiendo el voto contra la corrupción. Para ver si logran entrar al Congreso, recibir las ayudas estatales correspondientes y empezar a chupar de la teta del presupuesto como hacen los políticos tradicionales. No hay que dejarse confundir y quien quiera votar en blanco como protesta por la corrupción, por el secuestro del Estado por parte de los partidos tradicionales, por todos los males que dejan los partidos a la sociedad colombiana, deben votar la última casilla del tarjetón y no al partido que se hace llamar del voto en blanco. Los promotores del voto en blanco no están inscritos en ninguna parte, por tanto no recibirán ningún auxilio de la Registraduría, cosa que deben esgrimir ante los ataques de quienes los acusan de estar en campaña para enriquecerse. Soy partidario del voto en blanco desde mucho antes que esta opción política encabezara las encuestas, desde antes incluso de haber escrito por primera vez en este blog de Kienyke defendiéndola hace muchos meses. (Ver http://www.kienyke.com/kien-bloguea/el-voto-en-blanco-si-importa/). Creo hace tiempo en la utilización de este instrumento que brinda la Constitución colombiana para castigar a los partidos que se han burlado y despreciado a la gente tantos años. Dicen los detractores del voto en blanco que en el hipotético caso de un triunfo de esta opción se barrería con las minorías políticas y con los partidos de izquierda. ¿Y acaso estas minorías políticas y esos partidos de izquierda no han tenido ya oportunidad de cambiar las cosas? ¿Por qué tenemos que pensar que ahora sí van a representar los intereses del bien común? Dicen que si gana esa opción volverá a quedar el Congreso en manos de la misma escoria tradicional. Por lo menos se habrá sentado un valioso precedente. Ni ingenuidad ni optimismo, lo que hay es cansancio y por lo menos, ya que hay derecho al pataleo, que se note. A lo mejor sirve de revulsivo para algo diferente a lo que hemos tenido hasta hoy.