Que el país está en crisis no es noticia nueva y tampoco lo es que con este gobierno cada vez más colombianos están en las calles exigiendo sus derechos. Prueba de ello son las multitudinarias movilizaciones de los profesores y trabajadores estatales o los paros cívicos de Buenaventura y Chocó, este último levantado con un acuerdo para que Santos cumpla lo pactado durante el paro de 2016.
Pero si de promesas incumplidas se trata, el Presidente de la República es también premio Nobel. Le incumplió al Chocó, a los profesores y más recientemente a los pensionados, a quienes en 2014, buscando su reelección, les firmó un documento en el que se comprometió a bajar el aporte de salud del 12% al 4%. Tres años han pasado, las excusas se han multiplicado, pero de cumplimiento nada.
Justamente, el Congreso de la República aprobó la semana pasada un proyecto, impulsado por el Polo Democrático Alternativo, encaminado a disminuir el porcentaje. Se benefician las pensiones de menos de 4 salarios mínimos mensuales.
Un trabajador antes de pensionarse aporta el 4% de su salario para pago de salud y el 8% restante lo aporta el patrón. Pero cuando se pensiona, debe asumir él solo la carga total del 12%, haciendo que sus ingresos, ya de por sí exiguos e inferiores al salario recibido cuando trabajaba, disminuyan más.
Sobre el tema, el senador del Polo Alexander López afirmó: “Con la aprobación de este Proyecto de Ley se hace justicia con un millón de pensionados en Colombia. Con el régimen actual de aportes el pensionado en la práctica no tiene la condición de empleador ni de trabajador, lo que generaba que tuviera que pagar un aporte a salud del 12 % con un gran impacto a su calidad de vida y al lograr reducirlo a un 4 % hicimos justicia con los pensionados” (http://bit.ly/2s4mCTk).
Sin embargo, no se había terminado de secar la tinta del proyecto aprobado, cuando el Gobierno nacional anunció que lo objetaría. Hará todo lo que este a su alcance para hundir la ley.
La problemática de las pensiones no es un tema nuevo. Después que en 1992 se desmontó el sistema existente, se perdió el concepto de equidad y de solidaridad intergeneracional, privilegiando el ahorro individual para beneficiar a unos fondos privados que lo único que hacen con el dinero de los trabajadores es convertirlo en capital especulativo.
En Colombia las tasas de retorno de los fondos privados de pensiones fueron del 10,5% entre 2010 y 2015, las más altas del planeta, seguido de Pakistán y EU, que apenas llega al 7%. La manera en que consiguen estos rendimiento es invirtiendo el 50% del dinero que aportan los trabajadores en bonos de deuda del Estado, deuda que para poder ser pagada exige sacrificios a los pensionados y aumento de los impuestos a los colombianos (http://bit.ly/1BIH21b)
Además, por lineamientos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, OCDE, el gobierno busca subir la edad de jubilación e igualar a hombres y mujeres en un país donde los derechos de las mujeres son tan inferiores y desiguales. La diferencia de salarios, por ejemplo, es del 20%.
También exige la OCDE que la gente se pensione con montos inferiores a lo que hoy tiene derecho, que pueda haber pensiones inferiores al salario mínimo y reducir el valor del salario mínimo. Además, ponen 230 condiciones más para permitir a Colombia ingresar a su “club de los países ricos”, todas ellas en desmedro de los derechos de los colombianos, tal y como ocurrió con Grecia, también miembro del “selecto grupo”.
Definitivamente, no queda más que seguir luchando. Este gobierno ha demostrado hasta la saciedad que la única forma de exigir los derechos es en las calles hasta que entiendan que “el pueblo no se rinde, carajo, que al pueblo se respeta, carajo”.
Por Patricia Cifuentes (@CifuentPatricia)
