Ya todos sabemos qué fue lo que pasó en Francia con la revista y lo que hicieron los terroristas con la misma, a raíz de eso se produjeron varios hechos que en su momento me produjeron gracia y hoy quiero hablar al respecto.
La libre expresión es algo que seguramente desde el siglo XIX ha sido violada en su máximo esplendor en el país del sagrado corazón y por eso no podemos rasgarnos las vestiduras haciendo énfasis en que sí gozamos de la misma.
Colombia es un país sin memoria y servil de los fanatismos de ultraderecha, ultraizquierda y cualquier denotación del yugo político del que nos sentimos orgullosos defendiendo en las redes sociales, todo esto nos lleva a ser un país totalmente polarizado en los argumentos que brindamos día a día, pero eso se da más es en el ámbito político, porque si nos ponemos a analizar la forma en que pensamos sobre el mundo, la cultura, las expectativas de vida que tenemos, etc... Son las mismas, es decir, si usted es de los que piensa en que le paguen el sueldo para gastárselo en trago y rumba, le cuento que hace parte del pensamiento tercermundista y subdesarrollado que tenemos la mayoría de Colombianos.
Después de los hechos en Francia, salieron políticos con su boca agrandada y llena de cinismo adulterado a informar sobre su indignación por el terrorismo en Europa y el apoyo que "siempre" le han brindado a la libre expresión; y bueno, no sólo fueron políticos, sino muchas personas y periodistas.
Uribe, Santos, Petro, entre otros, fueron los primeros en decir que apoyaban la libre expresión y que repudiaban el uso de la violencia para expresar sus creencias, es decir, ellos son los menos indicados para pelear por nuestra libertad de opinar y de pensar lo que deseemos o invitarnos a no usar la violencia para defender en lo que creemos. Nada más miren lo que hizo Uribe en sus periodos presidenciales con la libertad de expresión o lo que ha hecho Santos en los últimos años y además, Petro usó la violencia para llevar su forma de pensar a un ámbito superior. Hagamos memoria, no suframos de alzheimer histórico tan pronto.
Lo que inspiró esta columna fue el caricaturista Vladdo, que se llenada de orgullo diciendo que apoya la libre expresión pero bloquea en twitter a todo el que piensa distinto a él y así lo hizo conmigo, es más, luego de bloquearme se burlo en un tweet porque siempre me he definido como una persona que piensa libremente, sin la presión de un partido político o porque no he vendido mi conciencia así como lo ha hecho él. ¡Es un cobarde!
La idea de apoyar la libre opinión es que también demos ejemplo y seamos coherentes con lo que decimos.
Vamos a indignarnos y a actuar contra los hechos terroristas en el mundo, pero también por los de nuestra querida Colombia, que son el pan del día a día. Ojalá nunca nos lleguemos a acostumbran a presenciar estos actos y llegue el punto en que ya no nos interese, porque ahí sí, apague y vámonos.
Twitter: @YoAlejoV