“Cuando el niño pasa de víctima a victimario, pone en crisis todas las creencias, teorías y preceptos morales del ser humano. Resulta más fácil señalar a una entidad responsable de su crueldad: la televisión, sus amigos mayores, las acciones adultas”.
Miguel Mendoza Luna
Hace poco llegaba a mi casa de trabajar, cuando de repente observe un niño aproximadamente de 10 años de edad con su uniforme de colegio, que se encontraba en el conjunto residencial donde vivo, lo encontré tratando de ahorcar a su mascota, en este caso un indefenso perro raza French Poodle. Tenía el brazo derecho levantado y su pobre can estaba aullando y agitándose de manera desesperada, inmediatamente le pegué un grito que lo hizo reaccionar, pero momentos antes el niño estaba quieto viendo como su perro se revolcaba en el aire y él sin siquiera parpadear, como si no sintiera; un profundo escalofrío recorrió todo mi cuerpo, claro está, no es una situación que se ve todos los días. Inmediatamente el infante responde con una mirada de burla, se ríe y sale corriendo con su perro; yo seguí mi camino, pero no dejaba de pensar en la mirada del niño, como si realmente disfrutara ver sufrir un ser vivo, y lo peor, a tan corta edad; y es que en los últimos años con tantos cambios post-modernistas ya nada es como antes, los niños de hoy en día no disfrutan de su infancia, son víctimas de la tecnología y el abuso exagerado de internet, juegos virtuales, televisión y más internet. A parte, las noticias, las narconovelas, la falta de tiempo de los padres a sus hijos, no ayudan mucho a la formación de esta nueva generación, es por esto que acuden a medios de distracción diferentes, para no sentirse solos, y no reconocer la falencia de los padres. Cotidianamente ya no se ven familias numerosas, sino más que todo parejas jóvenes, que trabajan mucho para mantener el apartamento que acaban de comprar, y es entendible, lo que no es normal es que por culpa de sus responsabilidades dejen a un lado otras, por ejemplo hay signos que usualmente no se ven a simple vista, pero existen, y puedan hacer del pequeño niño, un asesino o un psicópata (y no es difícil de creerlo hoy en día). Según estudios más del 90% de niños que presentan cambios en su entorno, una mala influencia, separación de los padres o incluso, saturación de información; puedan llegar al límite de ser personas violentas, aún así pensando que está haciendo lo correcto. Hay una película que se llama “we need to talk about kevin” en español “Tenemos que hablar de Kevin”, este filme es el perfecto retrato de lo que puede llegar hacer un joven por culpa de una mala enseñanza, o malas influencias; colocando a los padres como los principales culpables de sus acciones; para evitar estos desastrosos acontecimientos y que usted no llegue a pasar por ninguna de estas situaciones con algún niño que tenga cerca, es bueno tener en cuenta las algunas reacciones. El que se orine en la cama después de los 12 años de edad, torturar animales, prender fuego a las cosas constantemente, son síntomas de que pueda estar criando un futuro asesino o psicópata, otras de estas características es la llamada de atención desesperada en las redes sociales más si son imágenes satánicas o agresivas, el mal genio constante y el ser retraído. Lo más recomendable en esos momentos es visitar un sicólogo o un psiquiatra inmediatamente después de ver estas conductas, mantener buena comunicación con los niños y nunca ignorar cualquiera de estos acontecimientos. Conózcalos, descubra quiénes son sus amigos, no irrespete la privacidad en su vida como ingresar sin autorización a las redes sociales, pero generen confianza para saber quiénes son sus contactos, para que así, el día de mañana no resulte ser el próximo Daniel Camargo, Luis Alfredo Garavito o en su defecto “Chiki Locomotion”.