Adiós a Kien&Ke

Vie, 04/11/2011 - 04:18
La vida nos cambia en un instante... de la noche a la mañana lo que era o iba a ser, ya no es. En 1989 era seguro que Luis Carlos Galán sería presidente de Colombia

La vida nos cambia en un instante... de la noche a la mañana lo que era o iba a ser, ya no es. En 1989 era seguro que Luis Carlos Galán sería presidente de Colombia en el 90 y él y yo sabíamos que yo sería uno de sus ministros de confianza.

Pero el día de la tragedia pasamos de la punta de la carrera política a la cola, en el instante que dura el vuelo de balas de la ráfaga de una ametralladora. A  Luis Carlos se lo llevaron en fracciones de segundo desde su vitalidad y su exuberancia y del frente de enormes masas de colombianos que parecían incontenibles, al cementerio... y yo quedé por ahí andando, leal a las banderas que habíamos puesto en alto y que cada día menos políticos quisieron cargar, banderas que dicho sea de paso, todavía enarbolo.

En el momento mismo del disparo, el país tomó rumbos muy diferentes a los que Galán y sus compañeros queríamos para los colombianos. Para eso asesinaron a Lara, a Galán y a tanta gente importante como ellos. Para echar al país por atajos y despeñaderos.

No compartí ninguno de los gobiernos que vinieron después. No tengo encargos en ningún gobierno desde 1977, aunque no he abandonado la plaza pública un solo instante. Después de la Asamblea Constituyente no logré llegar a corporación de elección popular alguna, a pesar de varios intentos. Tampoco a gobiernos nacionales o locales en elecciones. Siempre había perdido. Con el paso del tiempo cedían más y más terreno las ideas en la política y lo ganaban la compra de votos y la criminalidad adueñada de la cancha del poder del Estado.

En las elecciones del domingo pasado ganamos. Contuvimos el derrumbe. Otra vez como siempre defendiendo los mismos valores de decencia y democracia en el ejercicio de la política y en la comunicación con la gente y las comunidades. En la defensa de los que están en desventaja en la sociedad, de los derechos humanos, de la Constitución.

Me había encontrado con Sergio Fajardo hace años pero habíamos dejado pasar el tiempo cada cual por su  lado. Esta vez me sumé a su causa como otro militante más para compartir la construcción del triunfo electoral más formidable de la historia reciente de Colombia. Los antioqueños le entregaron un millón de votos de respaldo a Fajardo a cambio de confianza y esperanza. Por el respeto a las personas y a las comunidades y por las buenas razones de su convocatoria, "Antioquia la más educada" y "en Antioquia no se pierde un peso".  Entonces, a partir del 1 de enero entrante seré Secretario de Gobierno de la Gobernación de Antioquia. La oportunidad de servir a la comunidad que me fue esquiva durante decenios.

Participé con cariño y fe de la creación de Kien&Ke por dos razones. Admiro a María Elvira Bonilla y me asfixia la concentración del poder de las comunicaciones en pocas manos. No hay democracia sin pluralismo de opinión y de enfoque de las noticias. En pocos meses  Kien&Ke es realidad y poder periodístico, lo cual me alegra. Ahora debo despedirme de su portal de opinión para asumir el encargo público que recibí. Gracias por la hospitalidad y a los lectores por su gentileza. Suerte para todos y en especial para todas en la revista, de la directora para abajo.

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