Las matemáticas resultan fáciles y las tabulan de memoria los bandidos, especialmente los de cuello blanco, al principio tan respetuosos y almidonados, con caras de retrasados mentales, en busca de votos o apremiados por un nombramiento.
Llegan al cargo, organizan el robo desde el primer día, presupuestan todo hasta el extremo de un carcelazo, el pago de abogados y también coimas, para terminar primero en casa (una domiciliaria) y después en la calle, dispuestos a seguir coronando, como se afirma en el lenguaje mafioso. “Pasa el luto y queda el fruto…”.
Hablo, por ahora, de Armando Ariza, a quien le están organizando una cárcel-mansión, después de 20 años de robos continuados en Comfamiliar. Y del exalcalde Delio González, de Garzón, hoy libre por vencimiento de términos, que no es otra cosa que la negligencia de la justicia, la marrullería de algunos abogados y las maromas de todos.
Los delincuentes saben de jueces apurados y otros necesitados, y los hay buenos y malos, así como no todas las mujeres son “señoras”.
Quienes conocieron a Armando Ariza en sus años de vendedor de leche al jarreo por las calles de Neiva, lo recuerdan “como un perro sin pedigrí y muy dejado de la mano de Dios”, como dice no me acuerdo quién de otro sujeto similar.
Ariza por fin cayó y paga cárcel, pero las cuentas le favorecen, porque mientras cursa una extinción de dominio, sigue administrando sus bienes, a través de terceros.
Una o varias fincas-haciendas son explotadas por sus compinches y recibe las ganancias (que le pregunten a Reynel) . Su socio (o testaferro?) Edgar Perdomo maneja con eficiencia la estación de gasolina. Neiva-York (una especie de wiskería), lo mismo que otros negocios son bien explotados por uno de los hijos. Sin mencionar ciertas propiedades en el exterior, para demostrar que robar sí paga.
Pensaría uno que la fiscalía y otras autoridades andan despistadas, pero prefiero pensar que siguen investigando y profundizando para no ser el hazmerreir de los hampones. Ariza se robó el dinero de miles de empleados que tributaron por ley a Comfamiliar, aportando de sus sueldos miserables que parecen un insulto.
El caso de Delio González también es una afrenta. Después de un tiempo cómodo en su casa por cárcel, queda libre por leguleyadas, no por que hubiese demostrado inocencia.
El entonces alcalde de Garzón presionó dineros locales y de la nación para enfrentar los estragos de una emergencia invernal, que costó la vida a varias personas. Y no resistió la tentación de su primera bonanza para desviar con bribonadas una tajada importante de esos recursos.
No me extrañaría que, con el tiempo, Ariza termine demandando por daños y perjuicios. Y que González busque nuevas posiciones en política, así como ciertas familias saquean el municipio y el departamento, turnándose las posiciones. Conocen el arte de suprimir los escrúpulos.
Al oído del fiscal: las cuentas de dos bandidos (del Huila)
Vie, 19/05/2017 - 05:49
Las matemáticas resultan fáciles y las tabulan de memoria los bandidos, especialmente los de cuello blanco, al principio tan respetuosos y almidonados, con caras de r