Bogotá se vistió de arte, varias ferias se llevaron a cabo de manera simultánea, lo que habla muy bien del boom que se está viviendo y establecen el perfil liberal del arte, galerías y artistas mostraron una cara distinta de la “Atenas suramericana” a pesar del caos en seguridad, movilidad y muchos más temas relacionados con su funcionamiento y desarrollo.
Por cuestiones de tiempo solo pude visitar 3 lugares y quiero expresar mi percepción, de manera respetuosa pero a la vez clara. Artbo, la única que cuenta con apoyo institucional, en este caso de la Cámara de Comercio y el Ministerio de Cultura, una feria donde el arte se masifica, muy bien organizada por María PazGaviria y su grupo de colaboradores, que demostraron liderazgo y sapiencia para sacar adelante un evento que llegó a los 10 años y se ha convertido en lugar de encuentro de coleccionistas y amantes del arte; la muestra me pareció sobria y balanceada, pero tengo que confesar que esperaba un poco más; me gustó 'Clavos torcidos', Los Carpinteros. Galerie Peter Kilchmann, Zurich, algo arriesgado pero con mucho sentido; también un par de artistas que llegaron con una galería de New York: Martí Cormand, excelente definición en el dibujo y Ana Bidart, que utiliza elementos de correo, especialmente de Fedex; estuvieron los de siempre, Manzur, Ana Mercedes Hoyos, Beatriz González, Grau y Obregón que le dan mucha fortaleza a la exhibición; lo que no me gustó, Santiago Parra, unas obras que deben tener un buen discurso del artista porque en el lienzo no dicen mucho; Álvaro Barrios, no me termina de convencer, entiendo que el artista debe seguir corrientes y apropiarse de estilos para fusionar con lo que tiene y complementarse, pero no llegar al extremo del barranquillero de mostrarnos el retrete de Duchamp, como algo novedoso, por favor, seamos serios; me hubiese gustado ver en la feria a Oscar Murillo, por todo el ruido que ha causado, sería un gran atractivo, también a Nicolás Uribe, que siempre me seduce con sus obras.
Sincronía, tenía grandes expectativas y pensé que se trataba de algo diferente con un performance más exigente, valoro mucho el esfuerzo de sus gestores, debe ser difícil organizar una feria con el poco apoyo que recibe el arte en nuestro país, hay que abonarle que es gratis y se abrió directamente a los artistas sin representación de galerías, lo que permitió una comunicación directa con el coleccionista, pero deben ser más creativos para mostrar el talento, me sentí en una feria artesanal de barrio, con baños portátiles, parqueo desordenado, stands reducidos y poca información; en cuanto a la muestra, no se hizo un verdadero filtro y entraron en la carrera de hacer algo porque los demás están haciendo, extraño en Eduardo Serrano que sabe tanto de arte; algunas galerías importantes como Naranjo y Velilla, Duque Arango y El Gato; artistas: Vladdo con su Aleida, Maripaz Jaramillo, Natalia Cajiao, el regreso de Gregorio Cuartas con su dimensión espiritual y una interesante foto de Andy Warhol; para el próximo año este evento debe fortalecerse, trasladarse a un lugar más acorde con el arte y apropiarse con sus artistas, tal vez de una vieja estación de tren o de una casona en La Candelaria, desarrollar una estrategia que cautive al visitante y apostarle más a las propuestas contemporáneas.
Odeón, arte Contemporáneo de gran factura, me convenció la exhibición y la integración con el entorno, crearon una fusión genial, muy íntima, en un viejo edificio inacabado del centro de la ciudad en plena avenida Jiménez, con un café chic donde se podía interactuar mientras se hacía el recorrido; se advertía el buen gusto y estilo, además diversificaron la oferta entre la fotografía, la escultura, el dibujo, uno que otro óleo y piezas de mueblería, con galeristas que se esmeraron en mostrar algo diferente y vanguardista; artistas: Ana María Rueda, magnífica; la fotografía de Luciano Denver, en su recorrido por los Andes; Manuel Archain, espectacular la manerafría y descarnada con la que incorpora en esas vitrinas seres humanos; los carboncillos de Noemí Pérez son de gran valor, crea una atmosfera selvática que intimida a través del misterio con un trazo definido y a la vez sensual; una serie de dibujos de José Ignacio Vélez que dan cuenta de su gran dominio del lápiz; los llamativos muebles de Tina Neumann, siempre he admirado como los convierte en piezas de arte; no entendí la propuesta escultórica de Santiago Lozano; un punto negativo y que deberían trabajar, buscar sponsor para financiar la entrada deestudiantes y así lograr una mayor afluencia, pensando en crear interés en las nuevas generaciones.
Bogotá un verdadero escenario artístico ¡Qué bien por la ciudad, qué bien por el arte!
@JACOBOSOLANOC
Artbo, Sincronía y Odeón
Dom, 02/11/2014 - 15:33
Bogotá se vistió de arte, varias ferias se llevaron a cabo de manera simultánea, lo que habla muy bien del boom que se está viviendo y establecen el perfil liberal del arte, galerías y art