Arturo o Franco por la gobernación

Se avecina una nueva elección para la gobernación del Cesar que se ha polarizado entre dos candidatos: Arturo Calderón del partido liberal que repite por tercera vez, y Franco Ovalle del partido de la U que salió como la manga de un mago de Cambio Radical al partido de la U. En cuanto a Arturo vemos así cómo tiene un trabajo que se tradujo en 160.000 votos, tiene como fortaleza que conoce el departamento y sus necesidades como pocos por sus recorridos, su contendor no tendrá los ríos de dinero que eligieron a Monsalvo. Hasta ahora va muy bien en las encuestas pero su crecimiento se limita a medida que la campana inicia. También tiene un desgaste de dos derrotas que a cualquier candidato lo debilitan; sigue mostrando el mismo problema, basa su candidatura en el contrario y no en propuestas. Mientras en otras colectividades salen nuevos líderes, Arturo se resiste; el ‘faronismo’ que le critica a sus opositores, él lo practica. El Partido Liberal está reventado por dentro y no es una fortaleza política suficiente para obtener el triunfo; su oportunidad depende de las alianzas y Álvaro José Soto candidato del Centro Democrático no tiene ese potencial electoral. Fredys Socarras que le había prometido apoyo en esta coyuntura ya comienza a desmarcarse por la directriz de Vargas Lleras, lo que lo deja sin candidato fuerte en la alcaldía de Valledupar, porque Tuto Huía está buscando acercamientos con Franco Ovalle, su antiguo compañero en Cambio Radical. Veo a Arturo más complicado que las dos elecciones anteriores pero en política cualquier cosa puede pasar. Sobre la elección de Franco Ovalle, mucho se ha hablado, que el clan Monsalvo Gnecco envió un mensaje de civilización política, cosa que no creo, porque antes habían lanzado nombres que no calaron. Además Franco no fue pieza clave en el gobierno que termina; parece ser que obedece más a una orden del todo poderoso Vargas Lleras que sigue conformando su plataforma presidencial y quiere a alguien de su confianza en el Cesar, la opción de Franco está representada en el poder político del senador Jose Alfredo Gnecco y los cuatro Representantes que lo apoyan, además de la administración departamental, fortaleza suficiente para dar la batalla. Debe apropiarse de la responsabilidad y no solo limitarse a sustentar su propuesta en la gestión de Monsalvo, que así como tiene luces, también tiene sombras. No pasó el examen en sectores como salud, turismo, agro, medio ambiente y cultura. También debe presentar un programa de gobierno con proyectos específicos de gran envergadura y con propuestas incluyentes en lo social y apostándole a la transparencia que en este gobierno brillaron por su ausencia. Además de terminar las obras que quedaron inconcusas como el Estadio de Valledupar, Hospital de Aguachica, la universidad Nacional, la carretera a Pueblo Bello y el Centro de la Cultura Vallenata. Para lograrlo debe estar más cerca de Vargas Lleras que es quien maneja la chequera para grandes proyectos. Hasta ahora nada está definido, la campana apenas inicia. Arturo va por el milagro, Franco no puede confiarse en la maquinaria; el que cometa el más mínimo error lo pagara en las urnas y ojala el ganador sea el Cesar.