Desde hace algunos meses el Presidente de la República viene sosteniendo que el estado de la economía colombiana es bueno, muy a pesar de las cifras que demuestran lo contrario y de la preocupación de sectores de la industria por el estado de la competitividad del país. Durante su viaje a Francia, el presidente expresó a empresarios de dicho país, refiriéndose al estado de la economía: “Tenemos una situación en este momento muy satisfactoria, o sea que podemos en esta rendición de cuentas, (…) mostrar un buen balance”.
Contrario a lo expresado en Francia, esta semana el presidente Santos, lanzó desde la planta de Mercedes Benz en Funza, Cundinamarca, un plan para la reactivación de la economía, que consiste en buena medida en aumentar la construcción de viviendas e infraetsructura en el país, como política social con repercusiones en las finanzas nacionales. ¿Por qué se necesita reactivar lo que supuestamente está en buen estado, como lo ha venido anunciando el presidente desde meses atrás? El doble discurso del gobierno referente a la situación económica del país confunde a la opinión pública y no contribuye en en la generación de confianza de los industriales.
¿Será suficiente la política keynesiana que anuncia el presidente para dinamizar la economía? Creemos que el problema es más profundo y la estrategia de aumentar la construcción de infraestructura no generará un crecimiento sostenible de la economía. Lo que tiene en aprietos a los empresarios y se siente en el estado de la economía se debe en buena medida a los altísimos niveles de tributación a la industria y el desequilibrio para competir con países con quienes tenemos acuerdos comerciales, tema que no se resuelve con gasto público como anuncia Santos, inspirado en Keynes.
Según informe de Doing Bussiness (Banco Mundial) Colombia tiene las cifras más altas de impuestos sobre las ganancias del mundo, con un 75%, seguido por China con el 64%. En comparación, en este mismo sentido, México tiene el 24% de impuestos sobre las ganancias; Corea el 43%; EEUU el 32%y el promedio de países de la OCDE, 34%. Vale la pena mencionar que con los países mencionados, tenemos tratados de libre comercio, ¿podemos competir así con ellos? Adicionalmente, uno de los más ambiciosos proyectos del actual gobierno es ingresar a la OCDE. ¿Lo lograremos con semejantes niveles de tributación?
Miremos otro tema que afecta seriamente a la industria y los niveles de competitividad; el costo de la energía eléctrica. De acuerdo a cifras correspondientes al primer trimestre de 2014 en centavos de dólar, por kilovatio hora, las tarifas de Colombia son las más caras con un costo de 11,5 centavos por dólar, comparado con Costa Rica (1,6), y México (6,5). Con ambos países tenemos TLC ¿Seremos competitivos así? Para profundizar el problema, el país está adportas de la venta de ISAGEN, tema que podría resultar en el aumento de los ya altísimos precios de energía para la industria nacional y así profundizar la brecha en competitividad con el mundo.
El gobierno justifica la venta de ISAGEN, con el argumento de construir con este dinero la segunda fase de autopistas 4G, y ahora con la nueva idea de reactivar la economía a través de la inversión en infraestructura. Bien, supongamos que esto sea así ¿será sostenible dicha reactivación gastándose el patrimonio de los colombianos y al tiempo afectando a la industria? Tanto la sostenibilidad del crecimiento económico, al igual que la financiación de los programas sociales dependen de la industria y no de políticas keynesianas.
La reactivación de la que habla el presidente no es más que el suministro de una aspirina para solucionar temporalmente una profunda enfermedad económica, que más que analgésicos requiere cirugía.
Cátedra por la paz de gobierno Santos, se parece más a la cátedra bolivariana instaurada por Chávez para adoctrinar ciudadanos desde la infancia con filosofía política del gobierno, para promover proceso de paz.
Aspirina para la economía
Mié, 27/05/2015 - 18:17
Desde hace algunos meses el Presidente de la República viene sosteniendo que el estado de la economía colombiana es bueno, muy a pesar de las cifras que demuestran lo contrario y de la preocupación