“Prefiero el título de ciudadano al de Libertador” es sin lugar a dudas una de las sentencias de mayor contenido filosófico pero menos divulgadas y vividas del legado del Libertador Simón Bolívar, y precisamente a la luz de este principio se podría esbozar lo que significa ser ciudadano en el marco nacional celebratorio.
¿Cabe preguntarnos qué significa ser ciudadano? Hemos avanzado en el ejercicio de ser ciudadanos o por el contrario ¿seguimos envueltos en un manto de democracia formal sin contenido participativo?
Ejercer la ciudadanía significa pensar, decidir… participar en la construcción de nuestras realidades individuales y colectivas. Pero ello supone educación cualificada sobre la base de condiciones de vida dignas.
Para el caso de Colombia resulta más complicada la participación pues el índice de extrema pobreza no ha hecho mas que aumentar, y la franja de población pobre destaca en el mapa nacional, donde las tasas de deserción escolar todavía siguen siendo elevadas y las oportunidades siguen siendo esquivas no solo para aquellos que no han logrado una escolarización sino incluso para quienes han logrado obtener los máximos títulos académicos porque lo que impera es la ley de la politiquería y la corrupción.
A juzgar por lo que llevamos en 200 años, en buena medida, y para la inmensa mayoría de la población, no es como si el florero de Llorente estuviera aun en manos de Llorente, y José Acevedo nunca se hubiera aparecido en el balcón de la carrera séptima – siendo nosotros los que perdimos doscientos años después “esta ocasión única y feliz…” para construir independencia, participación y ciudadanía,- ¿añadiríamos hoy? Pese a lo anterior hay, afortunadamente, algunas organizaciones sociales y cívicas, empresas y personas excepcionales que a su manera han venido, no obstante, desplegando actividades con conciencia y responsabilidad “bicentenaria” con nuestro país.
Desde nuestro modesto esfuerzo, mediante acciones concretas de alcance pedagógico desde La Red Ver - Red de Veedurías de Colombia-, hemos puesto nuestro grano de arena. Hemos adelantado una serie de acciones simbólicamente ejemplarizantes en la depuración de las prácticas políticas del país que bien podrían considerarse incluso acciones de Celebración de la Independencia tratando de liberar a los ciudadanos de políticos y prácticas corruptas.
En este esfuerzo incansable constituye una verdadera alegría bicentenaria también el haber podido recuperar del exilio a algunos de nuestros líderes. Asimismo, la judicialización del denominado cartel de la contratación en la capital del país es un acto heroico de grito ciudadano. Igualmente el desvelamiento del fenómeno de la parapolitica con varios “peces gordos” algunos tras las rejas, y otros que se hallan en esa misma interinidad no solo a nivel nacional sino en regiones con alto valor como el Chocó y el Tolima, son hechos que estamos seguros que los padres de la patria si estuvieran vivos homenajearían.
Hemos seguimos contribuyendo a limpiar de manera permanente el Congreso, la capital y algunas regiones estratégicas y olvidadas del país, en un esfuerzo complejo, difícil, con ningún apoyo presupuestal –pues claramente los recursos para la participación y contra la corrupción no han escapado este flagelo- pero una vez más muy bien recibido. Ahora nos aprestamos a entrar en una promoción de la pedagogía de la participación y del control social, la articulación de las organizaciones de veeduría, asi como el fortalecimiento de la responsabilidad empresarial de cara al ejercicio veeduríal. Nuestra invitación al Gobierno Nacional, Departamental, Empresas, Organizaciones Sociales sigue y siempre estará abierta para trabajar en este desafío por recuperar independencia, participación y ciudadanía.
Bicentenario y participación ciudadana
Sáb, 29/01/2011 - 23:58
“Prefiero el título de ciudadano al de Libertador” es sin lugar a dudas una de las sentencias de mayor contenido filosófico pero menos divulgadas y vividas del lega