Por esas cosas de la vida, tuve acceso a dos documentos privados, emanados del “Centro Nacional de Corrupción”, Cenaco, cuya sede nacional opera, y de qué forma, en Bogotá, con sucursales y corresponsales en otras regiones, la más potente de las cuales, por razones conocidas, es la de Cartagena de Indias.
El primero de los documentos describe lo que sus miembros llaman “Decálogo de Cenaco de los Buenos Corruptos”, un sincero, conciso y bien logrado conjunto de frases y reflexiones orientadas a que cada uno de los socios del Centro tenga claros los principios que deben regir sus labores en beneficio propio (y de otros, no faltaba más). Tras leerlos con detenimiento, la sensación que puede quedar es que fue pensado y expresado por personas de géneros y talentos variados, conocedores idóneos de las tareas que deben adelantar dentro y fuera del país.
Por considerar que merece ser divulgado, paso a reproducirlo tal cual figura en el elegante opúsculo publicado, sin fecha, hace un tiempo.
Decálogo de Cenaco para los Buenos Socios
“El buen socio de Cenaco regirá su día a día según estos diez principios:
- La llamada ‘corrupción’ no es más que la búsqueda de una mejor distribución de los dineros públicos, es decir, los que son del público, y por ser parte de ese público, tenemos derecho a buscarlos y distribuirlos.
- La corrupción es una forma diciente de evitar una vida indecente.
- La corrupción no es una manera de ser. Es una manera de tener.
- Corromper a otros es un acto de fe en la humanidad de los otros.
- Tú no te corrompes ni corrompes para hacerte rico. Lo haces para hacerte grande.
- Ser corrupto no es malo. Lo malo es no ser un buen corrupto.
- Cuando des participación a otros, no des papaya ni les des la espalda.
- Diferencia a quienes son tus colegas de quienes se aprovechan de nuestro sudor.
- Sé corrupto, pero sabe serlo y hacerlo.
- Ten presente siempre que ser de Cenaco es un honor que cuesta”.
- Siempre que un periodista te pregunte por alguien que pueda comprometerte, contesta algo así como: ‘Jamás lo he visto’, ‘no sé quién es’, ‘no recuerdo haber hablado con él’.
- Cuando te reporteen y traten un tema que pueda no ser bien comprendido por la ciudadanía y te afecte, responde cosas como: ‘No sé de qué me hablas’, ‘sé lo que han dicho los medios’, ‘me entero justo en este momento’, etc.
- Usa términos como ‘nunca’, ‘jamás’, ‘absolutamente’ y otros. Empléalos con fuerza y convicción: ‘¡Yo jamás he hablado con ella!’, ‘¡nunca se me ha pasado por la cabeza hacer eso!’, ‘¡lo que se está diciendo de mí es absolutamente falso!’, etc.
- En otros casos, cuando creas que te conviene el silencio, di algo así: ‘No puedo hablar. Lo que tengo para decir lo diré ante las instancias debidas’. Quedarás como un príncipe o una princesa.
- Quizás te veas abocado a vivir en una entrevista una circunstancia dolorosa para ti y los tuyos, caso en el cual, según sea, se recomienda expresarte de este modo, o uno parecido: ‘Demostraré mi inocencia, y al final, con la ayuda de Dios, brillará la verdad para mi bien, el de mi familia y mi partido’.
- En caso de que te enfrentes a señalamientos que proceden de terceros, enfrenta la situación con una frase igual o similar a esta: ‘Lo que se habla de mí y de mi organización es absoluta y ciertamente falso, una insidia de mis enemigos, que tendrán que responder ante los jueces’.
- Entre tus instrumentos dialécticos para defenderte de acusaciones, sindicaciones o maledicencias, utiliza una narrativa como esta: ‘Nunca jamás, lo juro por mi mayores, he tenido líos con la justicia ni he sido glosado por los organismos de control. Mi vida es un libro abierto al fisgoneo público’.
- En algún caso evalúa la pertinencia de valerte de un mensaje de este talante: ‘Estoy dispuesto a ir a las instancias que sean necesarias para demostrar mi inocencia’. Eso te hará ver como alguien totalmente limpio.
- Cuando sea razonable, incluye en tus opciones una similar a esta: ‘A ese ciudadano sí lo conozco, pero en reuniones sociales. Tú sabes que en mi región somos muy dados a los cocteles paradisíacos, y uno es amigo de todo el mundo’. Punto.
- Por último, sin perjuicio de que tú añadas otras formas, memoriza esta: ‘Cuando uno progresa gracias a su trabajo de 24 horas, hay quienes se mueren de la envidia y la convierten en cizaña inmunda’. Deslumbrarás”.