Comisión de la verdad ¿se alarga la espera?

Mié, 10/06/2015 - 11:36
El gobierno nacional presentó como resultado del ciclo de negociaciones referente a justicia y víctimas, la Comisión de la Verdad como un logro histórico para alcanzar la paz en Colombia. Si bien
El gobierno nacional presentó como resultado del ciclo de negociaciones referente a justicia y víctimas, la Comisión de la Verdad como un logro histórico para alcanzar la paz en Colombia. Si bien es cierto que lo plasmado en el documento presentado a la opinión pública tiene un espíritu loable en términos generales, a su vez hay decenas de preguntas que surgen de este acuerdo. Empecemos por lo planteado en el título de esta columna: ¿Se alarga la espera de lograr la paz con las Farc? Si bien el documento expresa que la Comisión entrará a operar una vez se firme el acuerdo de paz, no queda claro que el sometimiento a la justicia sea simultáneo o anterior a las conclusiones que pueda arrojar la Comisión de la Verdad. En otras palabras, ¿tendremos que esperar 3 o más años para que cabecillas de las Farc se sometan a la justicia una vez concluya el trabajo de la nueva comisión? De ser así, estaríamos frente a una segunda etapa del proceso de paz que durará más años de retórica, declaraciones y negociación ante la expectante opinión pública. Segundo: Composición de la Comisión de la Verdad. El acuerdo habla de 11 integrantes con independencia y prestigio que se encargarán de esclarecer la verdad de lo sucedido durante más de 50 años de violencia y crimen en las diferentes regiones del país. Preguntas como: ¿por qué asesinaron o secuestraron a ciertas personas? ¿dónde están los desaparecidos? ¿quiénes financiaron sus actividades ilegales? E incluso, ¿qué respaldos políticos recibieron durante media década? deben ser respondidas. Esperamos que dicha discusión gire en torno a la verdad que requieren las víctimas y no a un debate ideológico que busque determinar las supuestas “causas objetivas” con las cuales las Farc buscan legitimar su acción criminal. Frente a este punto surgen todas las dudas, pues ha sido demostrado que las Farc no se reconocen como narcotraficantes, reclutadores de menores, terroristas e incluso desplazadores. ¿Si no lo han reconocido hasta ahora, por qué lo harán en esta comisión? ¿Cuál es la intención de las FARC con esta nueva comisión? ¿Decir la verdad o buscar diluir su responsabilidad con toda la sociedad, argumentando que todos somos culpables de la violencia en Colombia? Tercero. ¿Habrá diferencia entre la pasada Comisión para el Esclarecimiento Histórico del Conflicto y esta nueva comisión de la verdad? Un hecho probado es que una de las tácticas negociadoras de las Farc es dilatar al máximo las conversaciones y así seguir posicionando su imagen como grupo político a nivel nacional e internacional. Una de sus primeras exigencias en la mesa de La Habana fue la de conformar un equipo de académicos que se dieran a la tarea de investigar y esclarecer las causas históricas del denominado “conflicto” en Colombia. Durante meses, este grupo de intelectuales trabajó en documentos desde diferentes enfoques para producir unas conclusiones que al parecer no fueron del agrado de las Farc. Valga la pena decir que a pesar del esfuerzo de esta comisión de esclarecimiento histórico, los resultados fueron irrelevantes para el proceso. ¿Pasará lo mismo con la Comisión de la Verdad? ¿Estamos frente a una táctica dilatoria más de la cúpula guerrillera habanera? Cuarto. La suspicacia política. Es conocido que la gran dificultad de la negociación en Cuba se centra en el tema de sometimiento a la justicia y más concretamente, en el pago de penas privativas de la libertad, en resumen; cárcel. En este punto yace el Nudo Gordiano de la negociación. Al igual que lo anterior, es igualmente público que el éxito o fracaso del de gobierno de Juan Manuel Santos depende en gran medida de los resultados de la negociación en Cuba. Ya han sido bastante los errores del gobierno en el manejo de este proceso, empezando por su desfase en los tiempos; se dijo que las negociación duraría “meses y no años”. Falso. La presión interna e internacional hacia el gobierno Santos, cada día que pasa sin que se firme el acuerdo de paz, es un día en donde aumenta la incertidumbre y se diluye el respaldo de la opinión púbica. El afán es evidente, y por lo tanto no es descartable que estemos ad portas de una pantomima de firma de paz que busque calmar la intranquilidad de la opinión pública, pero que diga que los resultados finales dependerán de las conclusiones de la Comisión Histórica. Es decir, dirán que terminamos esta primera etapa de negociación sobre lo acordado en la agenda (política agraria, lucha antidrogas, participación política) para pasar a discutir, con una nueva comisión el tema de las víctimas y justicia. Algo así como volver a barajar; cambiar negociadores y temas. Curioso que se hable de un lapso de 3 años para el trabajo de la Comisión de la Verdad, precisamente el tiempo que resta a Santos en la presidencia. ¿Tendrá que asumir el próximo gobierno la herencia de una negociación inconclusa frente al tema más grueso? Estamos de acuerdo en que la verdad es un tema trascendental para alcanzar una paz sostenible. Las víctimas deben conocer la verdad de lo sucedido con familiares y amigos que fueron asesinados o desaparecidos, esto debe ir acompañado de perdón y compromiso de no repetición. Lo que no puede pasar es que la responsabilidad de la criminalidad histórica de las Farc sea diluida en una especie de negociación en donde se diga que ellas, al igual que el Estado y algunos sectores de la sociedad, cometieron acciones ilegales y que como tal se queda en tablas. Verdad sí, sometimiento a la justicia también, más tiempo de grandilocuencia retórica no. Los colombianos anhelamos hechos reales de paz, y a los ojos de muchos, esta Comisión de la Verdad es más de lo mismo. Post Scriptum: ¿Qué verdad o tema de discusión habrá tras el terrorismo ambiental cometido por las FARC en el Putumayo donde obligaron el vertimiento de crudo de 19 camiones sobre la selva?
@FedericoHoyos
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