Desde hace casi 10 años dejé de vivir en Montreal y regresé a Bogotá por la apuesta de una vida más familiar. Esta semana volví a la tierra de la miel de maple y veo, desde el punto de vista de la infraestructura física, el progreso en una ciudad frente al estancamiento en la otra.
Pese a las adversidades del clima del norte de América en donde la nieve reina por más de seis meses al año, Montreal ha hecho una gran inversión en vías y en transporte masivo que genera un “despiste” para personas que no frecuentan la ciudad con frecuencia. En contraste, Bogotá sigue con su emblemática calle 26 con los puentes construidos por Rojas Pinilla y sus tremendos trancones.
Las dos ciudades tienen en común, por un lado unos escándalos recientes de corrupción entre las autoridades municipales. Sin embargo, el nivel educativo y la cultura de la relevancia del conocimiento de la una frente a la otra parece hacer la diferencia para que las obras se sigan construyendo a pesar de las dificultades:
En Montreal un estudio del 2018 de Estadísticas Canadá se señala que su nivel educativo y de apropiación de la ciencia supera la media de otras ciudades de países desarrollados con cifras como : (a) el 92% de los adultos de entre 25 y 34 años habían completado en 2009 sus estudios de secundaria; (b) la proporción de adultos de entre 25 y 64 años con un diploma o título universitario aumentó y alcanzó el 50% en 2009, en comparación con el 39% de 1999; superando el promedio de aumento de países que pertenecen a la OCDE.
En contraste, vemos que Bogotá ha mejorado su calidad educativa pero que, según el Dane, llegar al nivel profesional educativo es un privilegio de pocos. También afirma la entidad encargada de la estadísticas en Colombia que el grueso de la población bogotana apenas llega a la educación secundaria y pocos son los que logran avanzar hacia el nivel profesional. Lo anterior tiene relación con las cifras de una encuesta que realizó el PNUD en el 2018 que establece que solo el 21 por ciento de los estudiantes encuestados considera que la educación les ayuda a desarrollar su intelecto y que el 6 por ciento piensa que no le sirve mucho. Lo cual evidencia una apropiación de la importancia del conocimiento muy baja.
Las dos ciudades fueron víctimas de alcaldes condenados por corrupción: en Montreal el ex alcalde Michael Applebaum fue declarado culpable de ocho cargos de corrupción. En Bogotá, el ex alcalde Samuel Moreno Rojas también fue condenado por hechos de corrupción relacionados con obras públicas de la ciudad.
En Montreal, pese a los escándalos y a las condenas por malos manejos, las obras continuaron y los habitantes podrán contar con autopistas que mejorarán su capacidad de desplazarse. En Bogotá, no llenaron de desconfianza entre nosotros mismos paralizando las obras e impidiendo que el ciudadano que usa transporte público mejore su calidad diaria de vida.
Montreal cuentan con un nivel educativo alto que no permite que estos escándalos detengan las obras públicas. En contraste en Bogotá parece que las tensiones políticas paralizan la toma de decisiones haciendo que los habitantes no logren subirse a un metro para desplazarse con rapidez y seguridad de una esquina a la otra de la ciudad.
Como habitante de Bogotá, espero que en la medida que aumente el nivel educativo aumente la capacidad ciudadana de hacer que primen los intereses de las obras de la ciudad sobre las preferencias de un grupo político y pronto se vea un metro que mejore la calidad de vida de quienes esperamos usarlo.
@mapi_villaveces
Educación: Montréal vs. Bogotá
Mié, 01/05/2019 - 04:31
Desde hace casi 10 años dejé de vivir en Montreal y regresé a Bogotá por la apuesta de una vida más familiar. Esta semana volví a la tierra de la miel de maple y