El camino culebrero del Fracking

Muchos profesionales tan serios y respetados como el exministro de Medio Ambiente Manuel Rodríguez o el profesor Rodrigo Uprimy nos tienen avisados sobre las posibles repercusiones que la tecnología conocida como Fracking puede tener en nuestros acuíferos y el gobierno debería no hacer oídos sordos a la petición de moratoria en la aplicación de dicha práctica. Lo que hemos leído son análisis juiciosos, no simple activismo ambientalista. Ellos tienen claro que Colombia podría pagar un costo muy alto por improvisar en la aplicación de ésta forma de exploración de hidrocarburos. En el Ministerio del Medio Ambiente, por el contrario, no creen que haya ningún riesgo en apachurrar las rocas para ver si fracturándolas consiguen que suelten alguna sustancia valiosa, como gas o petróleo. Así lo asegura el ministro, que de hidrocarburos, geología o medio ambiente sabe casi tanto como yo de física quántica. También se lo oí decir a nuestro coterráneo Francisco José Lloreda, pero Quiko tampoco es experto en el tema, aunque ahora esté encargado de representar a las petroleras en su rol de presidente del gremio. Si el ministro no sabe de eso y el presidente del gremio tampoco, entonces parecería que los que están empujando la aplicación de esta tecnología son los intereses particulares de las petroleras, que piensan más en sus bolsillos que en el bien general de Colombia. Por ese solo hecho parecería prudente darle tanto o mayor peso a las opiniones de personas que con entendible alarma, advierten sobre lo que nos pueda traer el tal fracking. Rodrigo Uprimy, por ejemplo, inició una campaña de firmas para proponer que se aplique el instrumento denominado Principio de Precaución (PP) que es una acción legal vinculante cuando no se tiene plena certeza de lo que puede suceder al aplicar esta tecnología. Esto parece viable y debemos apoyar su iniciativa con todo entusiasmo para ver si logramos convencer al gobierno de tomarse un tiempito antes de dar vía libre al fracking. Pueda ser que se llegue a tener mayor grado de información sobre el asunto y se pueda tomar una decisión más transparente, pero no es bueno arrancar, como se pretende, a la topa tolondra a bombear agua con químicos para disolver bloques de piedra en el subsuelo que en poco tiempo podría enfrentarnos a daños irreparables. Algo parecido estaba sucediendo con los permisos que se querían otorgar para hacer minería en los páramos. La fuerza de la opinión pública logró frenar este impulso gubernamental y con ello ganamos todos, así las empresas no se hayan enriquecido a costa de devastar estos lugares generadores de agua. Ya se vieron los problemas en el Casanare, donde hay daños que podrían atribuirse a la aplicación del fracking. La resiente sequía dejó al descubierto que los recursos de agua subterráneos están siendo afectados por el uso y abuso de las petroleras. Así se nieguen a reconocerlo, así el gobierno alegue que no es más que una simple coincidencia, la verdad es que en zonas, como Paz de Ariporo, hay campos de exploración y hay sequía. ¿Coincidencia o consecuencia? Tal vez no exista certeza para afirmas lo uno o lo otro, pero al existir la duda cabe el principio de precaución. El tema del medio ambiente ya no puede mirarse como un palo en la rueda del desarrollo; por el contrario, en el mundo entero el despertar sobre la grave crisis mundial de los recursos naturales está haciendo ver las cosas de manera contraria: es la utilización de tecnologías no limpias la que resulta un palo (y muy grande) atravesado en el desarrollo sostenible. El petróleo y el gas son importantes, de eso no cabe duda, pero deben extraerse con tecnologías que garanticen la sostenibilidad y utilizarse con la mayor moderación mientras logramos que el mundo se adapte a tipos de transporte y de generación de calor más limpios. Suspender de un día para otro la gasolina o el gas, detener por completo la industria petroquímica no es viable y no es lo que se propone, pero detener la aplicación de una tecnología altamente riesgosa para nuestro medio ambiente, como lo es el facking, si es factible y lo único que puede causar reorientarnos para ir por un camino más seguro. www.margaritalondono.com http://blogs.elespectador.com/sisifus