En el debate a Uribe faltó Montealegre

No tengo ninguna duda de lo interesante del debate citado por el Senador Iván Cepeda, en el que tuvo la valentía de recordar hechos que año tras año han dejado en duda la honorabilidad y honestidad del Senador y expresidente Álvaro Uribe Vélez. Tampoco me cabe ninguna duda de que el debate hubiese sido más interesante si los congresistas que participaron en el desarrollo del mismo, en lugar de dedicarse a hacerse acusaciones y señalamientos mutuos, le hubiesen recordado a la justicia la deuda que tiene con la nación entera en este tema, que no entiendo por qué no es capaz de abordar y asumir con la responsabilidad que le corresponde. Por lo anterior considero que si además de citar al ministro del Interior y al ministro de Justicia, se hubiese invitado al presidente de la Comisión de Acusaciones de la Cámara de Representantes, al Fiscal General de la Nación y al presidente de la Corte Suprema de Justicia, otros serían los resultados del debate. Tiene razón el senador Iván Cepeda en dudar de la honestidad de Álvaro Uribe Vélez, cualquier persona inteligente lo haría, porque es inexplicable que alrededor suyo sucedan hechos relacionados con el narcotráfico y el paramilitarismo que involucren a sus amigos, familiares y personas que rodean su entorno laboral, y él no se hubiese enterado. Es imposible creer que un expresidente que maneja la microgerencia, que acostumbra a estar informado del más mínimo de los detalles, desconozca asuntos delicados que sucedieron a su alrededor, y que además no tenga ninguna responsabilidad en ellos. Es aquí donde resulta difícil de entender como a Piedad Córdoba se le quiere dictar condena perpetua por el hecho de realizar un trabajo encaminado a la reconciliación nacional y para lograr este fin se haya tenido que hablar con jefes guerrilleros, sin estar relacionado con ellos, ni hacer parte de su organización delictiva, y a alguien que presuntamente fue capaz de poner a la Dirección Aeronáutica al servicio del narcotráfico; aprobarle grupos de convivir a personajes oscuros en Antioquia; condecorar a un militar de dudosa reputación como el general Rito Alejo del Río; recibir financiación para su campaña política de alias La Gata; rodearse de los amigos del paramilitarismo en el congreso; que su primo, su cuñada y su sobrina tengan nexos con el narcótrafico y el paramilitarismo, no sea si quiera investigado de manera preliminar por la justicia. Yo le pregunto al señor Fiscal, ¿qué ocurre que no se ocupa de poner a la Fiscalía General de la Nación a trabajar por el esclarecimiento de la verdad en estos hechos en lugar de colocar a la entidad a perseguir a la Contralora Morelli?. ¿Es que acaso estos hechos no merecen su atención señor Fiscal?. No me venga a decir que es un asunto de la Comisión de Acusaciones de la Cámara, porque esto se dio en momentos en que el señor Uribe fue Director de la Aeronáutica Civil, alcalde de Medellín y gobernador de Antioquia, hechos que son de la órbita del ente investigador. ¿Con que cara entonces viene a hablar señor fiscal de esclarecimiento de los hechos? cuando la entidad que usted dirige no ha sido capaz de abordar este asunto que en mucho ayudaría a destapar la verdad sobre el paramitarismo y sus nexos con la política nacional y regional?. ¿De qué nos sirve a los colombianos financiar con nuestros impuestos una Unidad de Contexto, costosa de por sí, si no está respondiendo a las preguntas que hacemos los colombianos?. Estoy segura de que no servirá de nada que senadores como Iván Cepeda, planteen estos debates, si la justicia, que es a la que le corresponde investigar estos asuntos, se hace la de la vista gorda y no actúa como debe ser, y por el contrario permite que el señor Álvaro Uribe Vélez, siga haciéndose elegir como “honorable Senador de la República”, insulte a todo el mundo y salga corriendo por los pasillos del Capitolio Nacional, como “sanguijuela que huye por alcantarilla”, como bien lo dijo Claudia López. @ludyspalencia