Entre la paranoia y la pronoia

Lun, 13/05/2019 - 05:03
El termino conspiración se refiere a la unión de personas que aspiran a cambiar el orden establecido planeando, en secreto, acciones por fuera de la ley. Generalmente se entiende el conspirar como a
El termino conspiración se refiere a la unión de personas que aspiran a cambiar el orden establecido planeando, en secreto, acciones por fuera de la ley. Generalmente se entiende el conspirar como algo oscuro y negativo. Desde otra visión bien diferente, haciendo un giro poético, Paulo Coelho escribe en el frontispicio de su libro el alquimista la siguiente frase: “Cuando realmente se desea algo, el universo conspira para que lo consigas” Con esto imagina el lado positivo del conspirar. Constelaciones y agujeros negros se unen para que logremos lo deseado. De la primera surgen las teorías de las conspiraciones y ese es el lado paranoico del asunto, en el que nos imaginamos atacados  por fuerzas oscuras surgidas de la asociación de personajes siniestros. De la otra toda una ilusión que representa la pronoia, creencia en que nuestros deseos pueden ser escuchados por el universo y verse cumplidos milagrosamente. Pero hay otro tipo de asociaciones con las que nos vemos confrontados al no hallar explicaciones lógicas que nos ayuden a entender algunos acontecimientos. Se trata de la percepción de extrañas coincidencias entre distintos sucesos, sin nexo aparente, de las que surgen resultados inesperados. Así como las sinapsis que se registran en nuestros cerebros, con las que entendemos el mundo y desarrollamos nuestros procesos imaginativos y creativos, el universo crea relaciones que nos llevan a configurar estructuras con las que interpretamos lo que está sucediendo y así lograr prever su desenvolvimiento. Saltamos de la paranoia a la pronoia cuando tratamos de darle sentido a lo que está pasando en Venezuela. Los colombianos vivimos esa incertidumbre enloquecedora durante los nefastos años del irracional y perverso gobierno anterior y creemos haber desarrollado un instinto sutil que nos ayuda a entender las cosas cuando se vuelven oscuramente extrañas. Me pregunto qué tanto de paranoia puede haber cuando me digo que posiblemente el Grupo Bilderberg tiene injerencia en la situación venezolana. O cuando  trato de entender a qué diablos viene “el gran desastre de Bilderberg”, como llama a Obama la experta en el tema, Cristina Martín. También me pongo a especular en si Donald Trump es una rueda suelta para los Bilderberg y de ahí los ataques que recibe de medios cuyos propietarios pertenecen a ese exclusivo y poderoso club. O si el discurso frecuente de una inminente Tercera Guerra Mundial tenga relación con el rifirrafe entre USA y Rusia que impide la caída del tirano Maduro. O tal vez la guerra económica, iniciada con la subida de aranceles a los productos chinos por parte de Trump, no está desligado de intereses en las riquezas de Venezuela. O si esto y lo otro y lo de más allá…  El llamado a las calles de Guaidó el sábado fue un fracaso… Trump está furioso con Bolton… Duque y Bolsonaro se muestran reservados… Hay una calma chicha luego de las movidas del 30 de abril y primero de mayo en Venezuela… A pesar de todo, mi tendencia a la pronoia me dice que así actúa el universo mientras conspira a nuestro favor y me atrevo a decir que la liberación de Venezuela es cuestión de días… así me crean paranoico.
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