Primer acto.
Ganó la “B” Alemana la copa confederaciones, en la reafirmación de su poderío que pone a reflexionar a sus rivales a un año del mundial. Supo Alemania, con humildad, cambiar la ruta; entendió que corriendo e imponiendo el poderío físico no siempre se logran los objetivos. Se necesitaba algo más y lo encontró en la renovación de sus bases, la actualización de sus entrenadores, el cambio de modelos de preparación y las aportaciones técnicas de sus jugadores. Hoy es un compacto equipo que no da treguas por presión asfixiante, no cede espacios en defensa o en el medio, e impone ritmos.
Su guión es el mismo desde 2014, cuando coronó el mundial, en lo táctico y lo técnico. No tiene una figura descollante y sabe darle versatilidad a su juego desde la presión alta, con elaboración en pases precisos, hasta la espera con repliegue intenso para contragolpear.
Segundo acto
Lionel Messi y su matrimonio suntuoso. Alfombra roja, estilo Hollywood, que pone los pelos de punta a los expertos en moda. Smoking, sin medias,(Kun Agüero) y con tenis (Nahuel Guzmán). Tanto exhibicionismo con “sonrisas de plomo” de futbolistas convertidos en actores sin gracia. El escenario de sus habilidades esta en otras partes. Tan íntimo todo, tan moderno, con los mejores regateadores atenazadas por sus mujeres sobre maquilladas, faltos de espontaneidad. Shakira en segundo plano con otro plomo, Piqué. Mensaje de por medio del astro argentino: no hubo entrenadores, árbitros, directivos, oficiales de Fifa o del fútbol argentino… Ni estuvo Maradona…Ni un balón como el símbolo de su poder. Algo quiso decir. Sonrió Messi, por el “SI” de su amada, pero se mostró burdo al besar. Se vio fingido y ordinario. Su arte, esta en los estadios, donde es un rey.
Tercer acto
Investigaciones de la Fiscalía sobre presuntos arreglos de partidos en el rentado nacional. Lo he escuchado por años. A nada se va a llegar. Solo el escándalo que, quiérase o no, al fútbol le resta credibilidad. Se habla, además, de indelicadas conductas de dirigentes con sus clubes, en publicitadas acusaciones que no toman vuelo aún y por lo tanto no se pueden afirmar ni desvirtuar. También se habla de un cartel de árbitros que manipula resultados, algo tan conocido y controvertido al que no le meten mano los dirigentes por temor…O complicidad.