Garantías de no repetición

Mucho se ha dicho y escrito acerca de no repetir la historia ni los errores. No solamente haciendo referencia al complejo asunto de los DDHH y sus violaciones en lo atinente a las víctimas. Este concepto se puede entender en un sentido amplio frente a relaciones interpersonales y sentimentales. Vale la pena hacer un paralelo sobre los dos aspectos en los cuales se podría dar aplicación al concepto de la no repetición. Ya lo había dicho Napoleón -vinculándolo estrechamente a la Memoria Histórica- que una nación o un pueblo que olvida su historia, está condenada a su repetición. No es que se quiera recordar para seguir en el dolor y no avanzar; es lo contrario: se trata de mirar hacia atrás sin miedo para poder caminar hacia adelante sin repetir las conductas negativas y nocivas que han generado daño, rencor y hasta odio. Acá viene un punto fundamental y es el del perdón, pues hay una conexidad directa entre los tres conceptos: Verdad (Memoria Histórica), Garantías de no Repetición y Perdón para avanzar. Hace un par de semanas tuve la inmensa alegría de vivir la mejor experiencia de mi vida: Emaús. Aunque por motivos de confidencialidad no puedo escribir mayor cosa de lo que ahí se vive, lo que sí tengo es que agradecer a Dios y a una situación muy dolorosa que me llevaron a participar de aquel encuentro con la divinidad; fue la verdad revelada. Una vivencia que jamás me imaginé que pudiera existir y que hoy me tiene escribiendo sobre el amor y el perdón al que se puede llegar cuando se entrega con Fe y Confianza en el amor de Dios. Toda la vida he sido un hombre de una fe muy férrea; como dicen por ahí tengo fe de carbonero, pero jamás había sentido que Dios a uno lo pudiera “tocar”; algo para mi impensable; algo sin precio alguno. De ahí que pueda decir que he perdonado desde mis inicios hasta mis días actuales a quienes me han herido en diferentes formas. Esto no solamente hace que la gente pueda ser mejor en todo, sino que se camina erguido y con el corazón sano. Reitero, el pasado no se olvida, pero se ve con otros ojos para no repetir lo malo que en su momento se vivió tanto por activa como por pasiva y surgir sin rencores. Esto es tan poderoso que se contagia y lo puedo decir porque lo estoy viviendo. Seguro que uno de mis lectores predilectos sabe a qué me refiero y la importante dedicación que le hago de esta nueva etapa y de estas líneas. En materia humanitaria no es muy distinto. En un reciente informe la Comisión de Seguimiento y Monitoreo a la Ley 1448 de 2011 de Víctimas y Restitución de Tierras (CSML), que preside el procurador general de la Nación, Alejandro Ordóñez, y del que hacen parte tres representantes de la Mesa Nacional de Participación de Víctimas, se señalan algunos reparos a esta norma, en lo que tiene que ver justamente con las Garantías de no Repetición. Puntualmente hace referencia en esta materia sobre el retorno de desplazados, previo a recordar que a corte de primero de mayo del 2014, Colombia tiene un universo de 6'431.981 víctimas incluidas en el Registro Único de Víctimas (RUV) del Gobierno Nacional. Además, se tienen registros de 7'364.378 hechos victimizantes y de 5'576.168 víctimas de desplazamiento forzado. Estas cifras que hablan por sí solas, son por demás escalofriantes. En este sentido no podemos olvidarnos de nuestra historia sangrienta; la amnesia selectiva estrangula la Memoria Histórica. En noticia del diario El Tiempo, se expresa que Sobre la garantía de no repetición, preocupa a la Comisión la dificultad para alcanzar garantías de no repetición en el actual contexto colombiano, dada la presencia de actores armados que amenazan, intimidan e incluso siguen asesinando a las víctimas. Sin embargo, destaca que "el eventual éxito del proceso de paz que adelanta el Gobierno Nacional y la consiguiente firma e implementación de un acuerdo de paz, constituiría la principal y mayor garantía de no repetición”. Concluye diciendo que no obstante los esfuerzos aun no es suficiente lo que se ha hecho, pues están en juego vidas y familias que por no garantizar la repetición de sus hechos victimizantes siguen siendo carne de cañón del Conflicto Armado Interno colombiano. Se puede entender que tanto en las relaciones emocionales y sentimentales como en las relaciones entre víctimas, victimarios y Estado no se puede perder ese rumbo, pues de ser así con seguridad se repite la historia y se revictimizan corazones y familias. Se perdona pero no se olvida: se perdona, se sana, se mira hacia atrás para no repetir y se sigue adelante de la mano de Dios. A ti te amo, te perdono y te bendigo. Abrazo cálido. Seguimos trabajando. @colconmemoria presidencia@colombiaconmemoria.org