¿Por qué tomarse la molestia de salir a la calle a protestar en un día de fiesta, como el pasado viernes 7 de agosto, cuando preferiríamos descansar en familia, ir a un parque o aprovechar el puente y salir de paseo? Eso nos preguntamos los colombianos pero ¿se lo preguntarán los venezolanos, los ecuatorianos, los brasileños o los argentinos? Parece que no. Hace años conocen la respuesta.
A pesar de no ser conscientes y de no estar viviendo tamaña tragedia como la padecen nuestros hermanos venezolanos, los colombianos fuimos convocados a través de las redes sociales y salimos, marchamos, gritamos y pitamos enarbolando banderas y pancartas a sabiendas de que, con todo y quedar roncos y de haber puesto toda nuestra energía, no cambiaremos en nada la triste realidad que nos están construyendo quienes se hicieron al poder junto a sus terribles aliados.
¿Por qué salimos a las calles si nada va a cambiar, si todo seguirá igual mañana y si todo será peor pasado mañana? No sé la respuesta pero por mi parte volveré a salir, a gritar y a pitar cada vez que me inviten quienes se resisten a quedarse impasibles ante la transformación de nuestro país en un lugar en el que no vamos a querer vivir porque lo están destruyendo desde sus cimientos democráticos.
Tal vez nos mirarán como una partida de ingenuos que patalean sin mucha organización. En realidad de esas cosas, de marchar y manifestar, los que saben son otros, aquellos expertos en mover a las masas, agredir a la fuerza pública, lanzar piedras y papas bomba, romper vitrinas y saquear si se da la oportunidad.
Los que salimos el viernes somos gentes de bien, de todas las edades y condiciones, que llegamos un tanto despistados a los sitios de encuentro para reunirnos con otros despistados que poco saben de marchas y manifestaciones pero quienes, estando juntos, nos sentimos solidarios y nos vemos como una fuerza de esperanza.
Y si contamos con líderes ahí se pone la cosa más interesante y todas las dudas se disipan, comenzamos a comprender por qué marchamos, qué nos motiva a manifestarnos contra un estado de cosas que rechazamos totalmente. Y si ese líder es Álvaro Uribe mejor aún.
En una plaza de Medellín y con un sencillo altavoz Álvaro Uribe improvisó un discurso, ante una multitud que lo escuchó con entusiasmo patrio, en el que pude encontrar una respuesta a la pregunta ¿por qué salimos a las calles?
Álvaro Uribe dijo:
Hemos salido a las calles a expresar nuestra solidaridad con los soldados y policías de Colombia y con sus familias.
Hemos salido a las calles a contestar el ultimátum de las FARC que ordenó un derramamiento de sangre y una ola de destrucción que han tratado de calmar con una tregua falsa.
Hemos salido a las calles a recordar a los colombianos que Castro y Chávez llegaron al poder anunciando que respetarían las libertades y lo que hicieron fue pisotearlas y oprimirlas.
Hemos salido a las calles a recordar que Castro y Chávez dijeron respetar a la empresa privada y la acabaron.
Hemos salido a las calles a decir que nos preocupa que Santos esté pavimentando el camino para que llegue al poder un gobierno de estilo castrista y chavista a Colombia.
Hemos salido a las calles a protestar porque han permitido que el Urabá se convierta en un puerto de exportación de cocaína.
Hemos salido a las calles a denunciar que las FARC fueron, junto a otras bandas criminales que exportan cocaína, extorsionan y hacen secuestros exprés, las responsables del derribamiento del helicóptero y del asesinato de los policías de la Patria.
Hemos salido a las calles a acompañar a los padres de familia y a los profesores que están muy preocupados porque la desidia gubernamental ha hecho que el microtráfico invada colegios y escuelas.
Hemos salido a las calles a decir que si los responsables de delitos atroces no van a la cárcel la paz no será sincera.
Hemos salido a las calles a decir que la impunidad es la puerta a otras violencias.
Hemos salido a las calles a recordar que las FARC es el cártel de cocaína más grande del mundo.
Hemos salido a las calles a decir que las FARC secuestran, desplazan y reclutan niños.
Hemos salido a las calles a decir que el gobierno tiene un discurso de paz que ha promovido hechos de terrorismo.
Hemos salido a las calles a decir que el discurso de paz inunda las pantallas de televisión mientras que la sangre de la violencia inunda los campos y las calles de Colombia.
Hemos salido a las calles a decir que somos conscientes de que este país necesita a las Fuerzas Armadas para proteger la Constitución y las libertades.
Por mi parte agrego algo que le escuché a un ingeniero mexicano radicado hace treinta años en Colombia: “Porque no quiero que mis hijos vivan en un país comunista”.
Hemos salido a las calles
Mié, 12/08/2015 - 15:34
¿Por qué tomarse la molestia de salir a la calle a protestar en un día de fiesta, como el pasado viernes 7 de agosto, cuando preferiríamos descansar en familia, ir a un parque o aprovechar el puen