La despelotada Pereira

La falta de autoridad de los últimos tres alcaldes y especialmente del actual, Enrique Vásquez (partido de la U) ha sumido a Pereira en el más absurdo caos de transporte, no obstante multimillonarias inversiones. Todo arrancó en el año 2002 a través de la Empresa Pública Megabus S.A, con una junta directiva que integran tres miembros del gobierno nacional y los alcaldes de Pereira y Dosquebradas. Las inversiones en infraestructura ya llegan a los $300.000 millones. Está comprometido todo el recaudo de la sobretasa a la gasolina para los próximos años (dinero que servía para reparar vías), en tanto que la movilidad ha ido de mal en peor. Desde el inicio de la operación, la demanda de pasajeros ha presentado un comportamiento extremadamente bajo, que difiere en cerca del 38% del proyectado para el 2002, que fue el considerado para adelantar la contratación. Después de siete años, la demanda sigue bajando. Se asignaron por licitación dos operadores de buses y uno de recaudo. Los operadores de buses son Promasivo, en la cuenca de Cuba e  Integra en la cuenca de Dosquebradas, cada uno con patios de operación y el compromiso de la chatarrización de busetas para disminuir la oferta. El de recaudo se llama Recisa y se encarga del manejo del software, de la atención de las estaciones y de la comercialización de las tarjetas. Promasivo ha presentado problemas permanentemente, no ha cumplido con la chatarrizacion, se han presentado huelgas permanentes de sus empleados por el no pago de salarios y prestaciones. El dueño de la empresa es un cuestionado empresario, que estuvo preso en España por narcotráfico y dueño también del Deportivo Pereira, caído en desagracia. La superintendencia de Comercio determinó hace poco la liquidación del equipo. Hoy el sistema no está terminado por completo, faltan la estación de Dosquebradas y la avenida San Mateo, que mejorarían notoriamente el flujo en sectores populosos de la ciudad. La operación, de acuerdo con las proyecciones de pasajeros y desarrollo de infraestructura, debería ser sostenible por sí misma y la actividad comercial de las empresas concesionarias deberían desarrollarse dentro de los parámetros económicos considerados por todos los agentes del sistema para la celebración de los contratos Pero todo conduce al descalabro, de seguir las cosas como están, y la despreocupación de las autoridades, presionadas por intereses diversos. Inicialmente se calculó una demanda de 152 mil pasajeros, que luego se precisó en diez mil menos. En el 2007 estuvo en 94 mil y el promedio de este 2013 ha descendido a 90 mil, apenas un 63% de lo previsto. Son varios los factores que están ahondando la crisis: 1.    El sistema no llega a la terminal del trasporte de Pereira, ni a las universidades Tecnológica y Católica. 2.    Hoy compiten 650 busetas de transporte colectivo en rutas paralelas al sistema de transporte masivo. Estas 650 busetas están afiliadas a siete empresas que han evitado a toda costa la integración. La alcaldía, por desidia o temor, se limita a observar el desastre. No hay control policivo al transporte informal. Existen cerca de 500 vehículos piratas operando en la ciudad. 3.    Las demoras en las obras de infraestructura son evidentes, pero nadie empuja –tampoco- su desarrollo. 4.    El  incumplimiento de la chatarrización por parte de los operadores 5.    Existen dobles intereses que afectan la integración. Un operador del sistema que se llama “Integra” es a la vez operador del sistema masivo y maneja cinco empresas que tienen el 70% del sistema colectivo. Adicionalmente, quien maneja esta doble condición es ahora miembro de la junta directiva de la Universidad Tecnológica e impide desde allí la inclusión de la ruta del sistema masivo a esta universidad que cuenta con cerca de 15.000 mil estudiantes 6.    El Otro operador que maneja la cuenca de Cuba no ha cumplido con la chatarrizacion y se han presentado reiterados paros por el no pago de salarios y prestaciones sociales. 7.    Obviamente está lejos otro asunto contemplado en los alegres y optimistas planes iniciales: la ampliación del Sistema de Transporte Masivo MEGABUS a los municipios de Santa Rosa, La Virginia y Cartago. Entre tanto, el Ministerio del Transporte (en representación del gobierno) y unos alcaldes politiqueros –elegidos para tomar decisiones a favor de la ciudad- optan por la indolencia, quizá menos costosa para ellos pero infame con los ciudadanos.