La esquiva terminación del Conflicto Armado en Colombia

Dom, 23/12/2012 - 01:01
 

  La esquiva terminación del Conflicto Armado en Colombia La esquiva terminación del Conflicto Armado en Colombia Carlos Alfonso Velásquez Romero La Carreta Editores E.U. Bogotá, 2011   El Coronel en uso de buen retiro Carlos Alfonso Velásquez, además de su notable carrera militar, es un distinguido magíster en Estudios Políticos y profesor asociado de la Universidad de la Sabana. Ha sido un estudioso de la situación de conflicto armado que Colombia ha vivido durante mucho tiempo. En este interesante ensayo, a manera de libro, con un sentido patriótico, equilibrado y objetivo, va describiendo cómo los distintos gobiernos colombianos, a partir de Julio César Turbay Ayala en 1978 hasta recién iniciado el periodo de Juan Manuel Santos 2010, han abordado la temática de diálogo, confrontación, lucha, negociación, entre los grupos armados ilegales (de cualquier tono, color y origen) y el Estado Colombiano. Por razones de tiempo, no aborda el actual proceso de paz que el presidente Santos está adelantando en La Habana con el grupo insurgente de las Farc, lo cual no es óbice para entender con retrospectiva lo que está pasando en este momento. Va describiendo el Coronel Velásquez el gobierno de Turbay (1978-1982) con la estrategia de represión, incluso bordeando similitudes para las máximas de las doctrinas de Seguridad Nacional en boga en el sur del continente. En las postrimerías de este cuatrenio se va pasando a un reconocimiento de las guerrillas. Es interesante observar las divergencias entre una guerrilla de fronteras y campesina como las Farc y una más urbana y universitaria como el M-19. El Gobierno de Betancur (1982-1986) cambia la estratégica buscando una estrategia integral de paz con un diálogo con las guerrillas. Este diálogo, muchas veces con grandes interrogantes y no pocos palos en la rueda, avanza con incertidumbres y con un final dramático con la toma del Palacio de Justicia por parte del M-19 y una gran frustración tanto por lo cruento del desenlace y el tiempo perdido en todos estos procesos. El Gobierno de Barco (1986-1990) enfrenta además de los conflictos insurgentes la consolidación del fenómeno del narcoterrorismo, el cual cambia la dinámica del conflicto en un todo, cuando puede aparecer una “sinergia” y eventual simbiosis entre la ideología y el motor lubricante del dinero del narcotráfico para afrontar la lucha por el poder por parte de los distintos grupos ilegales. En una época aciaga con varios candidatos presidenciales asesinados, el país va bordeando una línea delgada que lo separa del abismo de la desinstitucionalización. El Gobierno de Gaviria (1990-1994) con el hecho notable de la Asamblea Nacional Constituyente en 1991 da un viraje esencial en la estructura del Estado. La participación activa del M-19, al contrario de la apatía y oportunidad perdida por las Farc y bajo la sombra del narcotráfico, busca acercamientos activos para dialogar y poder concretar avances en aras de acabar con este conflicto. El Gobierno de Samper (1994-1998) a pesar de un esfuerzo de acercar la acción social para mitigar el conflicto, no pudo responder a las expectativas debido entre otras cosas, al manto de dudas de la elección por ingreso de dineros del narcotráfico en la campaña presidencial. Esto sirve para que las guerrillas se consoliden con una fuerza mayor y aumenten su presencia en todo el territorio nacional. El Gobierno de Pastrana (1998-2002) se juega a fondo con un diálogo con las Farc. El despeje de importantes áreas de los departamentos del Meta y Caquetá permite una nueva noción de aproximación a la solución del conflicto. Infortunadamente, la falta de definición y una virtual prolongación de un estado de negociación sin avances, termina por desgastar este proceso el cual termina abruptamente, dando paso a una situación de desazón nacional. El Gobierno de Uribe (2002-2010), el primero reelecto de manera inmediata en Colombia, responde militarmente a la insurgencia y otros grupos irregulares. Es una lucha frontal aupada con la denominada política de Seguridad Democrática, con importantes logros en el tema militar, con mayor presencia de la fuerza pública en todo el territorio. El Gobierno de Santos (2010-) al momento de escribir el libro, está ampliando la política de seguridad democrática por una de una mayor inclusión social. Dentro de este proceso se dan virajes que anticipan la idea de una negociación de paz. En este libro, Velásquez recorre y analiza todos estos procesos; llama la atención que se ha oscilado entre “voluntarismos de paz y voluntarismos de guerra”. Indica que las “expresiones más constantes de la debilidad del Estado Colombiano son 1) una administración con altas dosis de corrupción y un sistema judicial ineficiente; 2) el principio de la división de poderes insuficientemente institucionalizado y la fragmentación entre ellos por asuntos relativos a la negociación y 3) una incompleta o desacertada dirección política sobre las FFMM evidenciada entre las posiciones políticas de los gobiernos y los tipos de operaciones militares antes y durante los procesos de negociación”. Es importante su lectura y, lo mejor, compararla con lo que actualmente se está viendo para que cada lector saque su propia conclusión sobre el futuro del actual proceso de paz.
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