Hubiera salido en hombres el procurador
Ordóñez, como también –quizá- el expresidente Uribe, como
López Pumarejo, como tantos otros que reelegidos salieron mal librados.
Es corta la lista de quienes resultan aplaudidos tras haber forzado la extensión de su mandato, así como dicen que segundas partes tampoco funcionan en el amor.
Lea también: Cuando Ordóñez suelta la lengua
Obviamente que la cuestión se torna borrascosa en el Congreso, donde senadores y representantes llegan el primer día no a lucirse (muy poquitos) sino a buscar perpetuarse en el cargo. Por eso compran y venden, se corrompen y prostituyen.
Reelección Alejandro Ordóñez
La cuestión viene al caso porque esta mañana le pregunté al exprocurador Jaime Bernal Cuellar sobre el retiro de Alejandro Ordóñez.
-Yo soy de la idea de la no reelección, me dijo. Por ahí empiezan todos los problemas, porque se pone el cargo a dis posición de la siguiente campaña.
Y está en lo cierto, aunque él como otros altos funcionarios de fiscalización han sucumbido a otro pecado: el de empeñarse en nobles propósitos que no son de su competencia principal. Bernal, por ejemplo, dedicó buena parte de su ejercicio a buscar la paz.
Hubo casos peores: Alfonso Valdivieso pensó que podría ser elegido Presidente de la República y escasamente fue senador por arrastre.
Para quienes fuimos críticos y opositores de la reelección de Uribe y quedó demostrado que teníamos razón, el asunto de su inconveniencia se repite para mal del país.
Y habrá tiempo para analizar el gobierno Santos, cuando redondee su segundo período.