Ahora que el Gobierno nos presenta su proyecto de ley de financiamiento que busca recaudar $14 billones para hacer viable el presupuesto 2019, he querido analizarlo desde otro punto de vista, como es mi costumbre.
Primero, debo decir, que estoy en absoluto desacuerdo con este proyecto de ley y le pido al presidente Duque que cumpla su promesa en campaña de disminuir la elusión y la evasión de impuestos en un 50%, que hoy es de 30 a 50 billones de pesos, en vez de gravar la canasta familiar y unificar el IVA: que el presidente Duque deje de pensar en meter la mano en los bolsillos de los colombianos de clase media y baja y meta la mano en los bolsillos llenos de los corruptos y evasores.
Segundo, ¿por qué no buscar los $11 billones, que se recaudarían con el nuevo IVA, en fuentes nunca antes exploradas? La respuesta a esta pregunta es mi propuesta -advirtiendo que estoy lista para la andanada de insultos y muy esperanzada en la comprensión de algunas mentes visionarias-:
Es ineludible la búsqueda de alternativas para disminuir el déficit fiscal presente y futuro en Colombia, no podemos desfinanciar proyectos y programas sociales y desconocer las evidentes necesidades básicas del sector más pobre de nuestro país. Mi propuesta está enfocada en el uso de recursos, tal como lo hacen Canadá, Uruguay, Holanda y algunos estados de Estados Unidos, entre otros;
al gravar con impuestos el consumo y la producción de la marihuana medicinal y recreativa y no solo conseguir recursos para el déficit fiscal sino también crear una legislación que proteja a los niños y que, verdaderamente, acabe con el micro-tráfico alrededor de los colegios y universidades. Una legislación enfocada, también, a la dignificación del campesino ahora puede beneficiarse de una industria que está creciendo exponencialmente a nivel mundial.
Sí, lo que propongo es por un lado legalizar, gravar y regular el consumo recreativo de marihuana en Colombia y, por el otro, apostarle de frente a la industria de cannabis medicinal que hace varios años empezó en el país tanto que ya se han otorgado mas de 200 licencias en 11 departamentos y 32 municipios y que cuenta con mas del 40% del cupo mundial de cultivo autorizado por la JIFE de las Naciones Unidas; no debemos perder la oportunidad de convertir a Colombia en una potencia a nivel mundial en la producción de medicinas derivadas del cannabis.
Punto de partida
En Colombia, el consumo recreativo de marihuana está amparado por la Corte Constitucional en el marco del libre desarrollo de la personalidad,
pero la falta de regulación hace que la venta esté manejada por grupos ilegales que venden marihuana a nuestros niños y jóvenes en calles y colegios.
De otra parte, el
Drug Policy Consortium (IDPC) acaba de revelar el fracaso de la lucha antidrogas en un reporte presentado a Naciones Unidas. Los indicadores de producción y consumo han subido y el único resultado, según el reporte, ha sido una victimización de los campesinos, aumentos en las violaciones de derechos humanos y en los presos a nivel mundial.
¿Será que usando la misma receta fallida de los últimos 50 años, vamos a ver un resultado diferente? Creo que no. Tenemos experiencias positivas en la región como la de Uruguay y, en el mundo, como Holanda, Portugal y Canadá en donde la regulación logró disminuir el consumo y los efectos negativos.
En nuestro país, debemos ampliar nuestra comprensión frente al uso medicinal y terapéutico de la marihuana: las investigaciones que se vienen realizando a nivel mundial muestran cómo el cannabis y, en especial, el componente no psicoactivo del cannabis o CBD tienen un potencial medicinal enorme que ayuda pacientes con epilepsia, cáncer, dolores crónicos, dolores tópicos y muchas otras enfermedades.
Volviendo a mi propuesta de obtener recursos por esta vía, es importante revisar los datos de ingresos por impuestos al cannabis en otros países, según Peters B. en el California Marijuana Tax Revenue en 2018, el estado de California recaudó alrededor de 74.2 millones de dólares en ingresos fiscales de la industria de la marihuana solamente durante el segundo trimestre de este año, un 22% más que en los primeros tres meses del año; el impuesto al consumo de marihuana recaudó unos 43.5 millones de dólares en el segundo trimestre, el impuesto a las ventas trajo aproximadamente 26.3 millones de dólares y el impuesto al cultivo generó alrededor de 4.5 millones dólares. Jerry Brown, gobernador de California, calcula que los impuestos recaudados en este año podrían estar cercanos a $ 185 millones de dólares.
De acuerdo con esta información, estamos perdiendo una oportunidad increíble, tengamos en cuenta que estas cifras solo son de California y de consumo interno (medicinal y recreacional) y en Colombia además del consumo interno, también tendríamos el potencial de exportación mundial de medicinas de cannabis, así, los ingresos puedan ser muchísimo mayores.
¿Oportunidad o prejuicio?
En Colombia, el consumo de drogas una vez en la vida es del 15% para el 2018. Claramente no se ha reducido la oferta, ni el consumo, la economía ilícita sigue muy viva gracias a las mafias y a la corrupción, sin embargo hace años no veo en las noticias una captura importante de capos del narcotráfico, lo que encuentro en los titulares son judicializaciones de pequeños cultivadores, distribuidores y consumidores.
Regulación del uso de la marihuana lejos de los parques y el espacio público; con especial atención en las aplicaciones médicas y terapéuticas del cannabis. Regulación que puede dignificar a nuestro campesinado, aumentándole sus ingresos y el nivel de tecnificación de su labor. Regulación que mitigue el micro tráfico en calles, colegios y universidades.
Como sociedad debemos avanzar hacia la conciencia colectiva, ampliar nuestra perspectiva común lejos de prejuicios y acercándonos al bien de todos.