El metro de Bogotá debe ser una realidad. El lunes anunciaron los 6 consorcios que están preclasificados para construir la primera de 7 líneas de metro que ya debería tener Bogotá y que los ciudadanos llevan esperando durante más de 74 años desde que se anunció por primera vez. Al respecto, cabe recordar que la primera línea de metro en el mundo se inauguró hace más de un siglo.
Ver que Quito, la capital de nuestro país vecino, logró construir el metro en 3 años, movió las fibras de la opinión pública en Colombia para presionar el proceso y agilizar su contratación, que según Andrés Escobar, gerente de la empresa Metro, se adjudicará entre septiembre y octubre para empezar su construcción el año entrante y ser inaugurado en el 2025.
La primera línea será elevada y llevará el nombre Línea 1 ALO. Esta empezará en el portal de las Américas y va a conectar el occidente con el oriente de la ciudad en la calle 1 en el centro, ahí su trazado seguirá hacia el norte hasta la calle 72 para completar 16 estaciones en 24 kilómetros. Asimismo, todas tendrán conexión con el SITP, 10 con Transmilenio y 9 con ciclo rutas. Sin descontar que sus 23 trenes podrán movilizar más de un millón de personas diariamente.
La inversión se acerca a los 13 billones de pesos, financiados en un 70% por la Nación y el resto por el Distrito. Se trata de una de las obras más importantes en la historia del país y es casi un hecho, sería una lástima que por cálculos políticos se cayera este proyecto; bien sea por la demanda que interpuso el Polo Democrático o por caprichos del siguiente alcalde. Más allá de la disputa entre diferentes intereses, el debate se debe centrar en las siguientes líneas de metro, las frecuencias y los buses del SITP, las troncales de Transmilenio que hacen falta, el Transmicable de los cerros orientales y el Regiotram, entre otras ampliaciones que nos ayudarán a avanzar en la consolidación de un sistema de transporte multimodal que además de necesitar, merece una ciudad del tamaño y la importancia de Bogotá.
Los críticos del proyecto pelean porque solo va hasta la 72, por lo que es necesario tener presente que este es el inicio y no el fin del Metro de Bogotá. También arguyen sobre la plata que se perdió en los estudios de la anterior alcaldía. No obstante, si comparamos la diferencia de costos entre esa línea y esta, se habrá subsanado dicha diferencia. Finalmente, es importante resaltar que la ciudad estará en obra con 75 construcciones adicionales, las cuales paralizarán aún más la ciudad durante algunos años, sacrificio que tenemos que hacer para salir del atraso en el que estamos por malas decisiones y falta de planeación en el pasado.
El Metro hay que hacerlo, hay que hacerlo y no da más espera, cuántos domingos no hemos dicho que ojalá la ciudad estuviera así toda la semana para poder disfrutarla, esta es una cuestión transversal que tiene efectos en la calidad de vida, en la economía y en la libertad. No podemos durar 2 horas diarias en un trancón, por eso invito a hacer una cruzada ciudadana sin importar el partido político para defender esta primera línea de metro, pero sobre todo, en aras de proponer que se empiecen a planear otras 6 que cubran toda la ciudad. Como decía Álvaro Gómez Hurtado, “Mi revolución es el Desarrollo”.
