Noemí Sanín, ponderada (¿sí o no?) exministra varias veces y candidata presidencial otras tantas, se vuelve feroz en su análisis sobre la agresión venezolana en la frontera y considera que “la canciller colombiana, María Angela Holguín, es una vergüenza”.
Hablamos de la dulce señora Holguin, la que Colombia podría postular como secretaria general de las Naciones Unidas, la primera mujer que presida ese foro mundial, según gestiones que adelanta nuestra embajadora María Emma Mejía (María “hembra” le decía Diaz Salamanca).
Para quienes no tienen clara su imagen –la ministra Holguin- es la misma sonriente señora que aparece en algunas fotos con cara de pastel, ante la mirada anhelante y glotona del entonces canciller y ahora presidente Maduro.
A estas alturas –dice Noemí- me siento muy contenta de haber renunciado a la Comisión asesora. Todavía no entiendo y la historia no lo perdonará nunca , cómo la canciller colombiana, por simpatías no explicadas no presentó el único recurso que tenía Colombia para tratar de salvar unas aguas en discusión con Nicaragua. Yo volvería a renunciar cien veces.
-Cuando el fallo de la Corte Internacional se dio, Colombia tenía la posibilidad de presentar un recurso de revisión y no se presentó porque la canciller dijo que había muy pocas posibilidades de ganarla. Esta es la primera persona que puede calcular cuáles son las posibilidades o no de ganar un pleito, pero cuando a uno le están quitando un hijo o le están quitando un derecho y a un país le están quitando un territorio marítimo, así sea el 0,1 por ciento lo tiene que pelear y no lo hizo. Eso la historia no se lo perdonará.
Noemí Sanín encuentra coincidencias entre las declaraciones de la Canciller Holguín y el candidato Donald Trump:
–La diferencia, explica, es que Trump dice cosas que yo no comparto sobre los mexicanos. Y la canciller no levanta su voz para defender los derechos de los colombianos, guarda silencio cómplice. Eso no es dignidad, es una vergüenza.
“Yo creo que el diálogo es perfectamente posible en medio de la firmeza. Lo que uno, de ninguna manera, puede aceptar es un silencio cómplice. Cuando hay compatriotas llenos de dolor, maltratados, violados en sus derechos humanos.
-Quiero recordar una anécdota mía que está, además, en libros de Venezuela. Cuando vino el Ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela, que había sido general, fue muy duro en sus afirmaciones frente al tema de los colombianos en la frontera. Yo me levanté de la rueda de prensa en la que estábamos y le dije "general, ministro, usted no puede confundir la serenidad con falta de firmeza, le exijo que se refiera a los colombianos de una manera distinta". Eso fue muy importante y no dañó las relaciones. El respeto, la firmeza y la serenidad no son incompatibles, la diplomacia tiene que ser activa y serena, pero enérgica, firme y prudente.
Lo que pasa –agrega- es que la canciller obedece a las políticas de Samper, esa es la posición de Samper y ella actúa en consecuencia.
“Es inconcebible que la canciller diga, simplemente, que el presidente Maduro tiene derecho soberano frente a la frontera. Eso es una tristeza, por no llamarlo de otra manera. Cómo no condena la violación de derechos humanos, cómo no defiende a sus compatriotas, cómo no viaja enseguida. Esperaron a que Uribe fuera y después viajó el gobierno”.
Los indios wayúu –comenta Sanín- dicen no ser colombianos ni venezolanos; se declaran del país de la frontera. Todos los colombianos y los venezolanos hemos aprendido de los wayúus, sabemos que la frontera es el punto de unión, no punto de confrontación, no punto de enfrentamiento, es un punto de colaboración. Persigamos los delincuentes de uno y otro lado, pero no despojemos a los más pobres y no los persigamos, señalando sus casas y destruyéndolas.
Noemí Sanín se rasga las vestiduras: “la canciller es una vergüenza”
Lun, 31/08/2015 - 12:42
Noemí Sanín, ponderada (¿sí o no?) exministra varias veces y candidata presidencial otras tantas, se vuelve feroz en su análisis sobre la agresión venezolana en la frontera y considera que “la