Eran otros tiempos cuando la Organización de Estados Americanos se hacía sentir. Cuando sus pronunciamientos ponían a trastrabillar a los gobernantes, especialmente a los dictadores. Hoy da grima la indiferencia del organismo frente a la debacle que vive Venezuela, no obstante la cantaleta de su secretario general, Luis Almagro, sin resultados eficaces.
No logró el señor Almagro que la OEA dijera una palabra sobre las atrocidades de Maduro en su país. Y en cambio el protagonismo fue para la canciller Delcy Rodríguez, que se retira para aspirar a la Asamblea Constituyente, otra forma de engaño a la democracia y al pueblo venezolanos.
-"Que le vaya bien", comentó con sorna el canciller venezolano Luis Videgaray, como constancia impotente frente a los abusos de Maduro y su gobierno.
Cuenta El País que el enredo diplomático en torno a la crisis de Venezuela no se diluyó hasta el último momento.
“La sensación de fracaso que sobrevoló el centro de convenciones de Cancún donde se celebró el encuentro llevó incluso a que un grupo de opositores venezolanos interrumpiese la sesión y protestase ante la incapacidad de lograr una condena. El grupo, en el que se encontraban algunos diputados del ala más conservadora de la oposición, los miembros de Voluntad Popular, el partido del preso político Leopoldo López, criticó la falta de solidaridad de los países que se abstuvieron.
"Si la OEA no lo consigue, ¿quién lo va a lograr? No podemos esperar más", criticó Carlos Vecchio, miembro del partido de López exiliado en Estados Unidos.
Más allá de los aspectos formales, se encuentra el trasfondo político y la intención del Gobierno de Nicolás Maduro de alterar el contenido del debate en Cancún. La canciller Rodríguez había anunciado en abril que su país iniciaría su proceso de salida de la OEA. Durante los meses previos al encuentro en el Caribe mexicano la relación con el país anfitrión se enturbió.
Si México quería erigirse como el baluarte de la región ante la crisis de Venezuela con una resolución contundente, que finalmente no se logró, el Gobierno de Maduro llegó a Cancún con la intención de boicotear los planes del anfitrión y sacar a relucir uno de los temas más controvertidos en materia de derechos humanos para el Gobierno de Enrique Peña Nieto, como es la desaparición de 43 estudiantes de Ayotzinapa”.
Oportuno preguntarse, entonces, si no sería mejor acabar con la OEA, organismo inservible, insufrible, inoperante.
¿Para qué diablos sirve la OEA?
Jue, 22/06/2017 - 05:59
Eran otros tiempos cuando la Organización de Estados Americanos se hacía sentir. Cuando sus pronunciamientos ponían a trastrabillar a los gobernantes, especialmente a los dictadores. Hoy da grima l