Piensen en Bogotá, dejen gobernar

Dom, 25/06/2017 - 01:21
Esta semana volvió a la discusión pública el tema de la revocatoria del alcalde Enrique Peñalosa por el aval dado a las firmas de un grupo de los comités promotores. Lo que hay que pensar de fond
Esta semana volvió a la discusión pública el tema de la revocatoria del alcalde Enrique Peñalosa por el aval dado a las firmas de un grupo de los comités promotores. Lo que hay que pensar de fondo, es qué efectos va a tener sobre la ciudad y cuáles son las motivaciones reales detrás de esta iniciativa. No estoy de acuerdo con esta revocatoria, por varias razones; la primera y la más importante es porque no surge del propósito de hacerle bien a la ciudad, sino con la intención de afectar la estabilidad del gobierno distrital por puro revanchismo político. Los grupos afectos al ex alcalde Gustavo Petro y de ciertos sectores de izquierda aún están nostálgicos por haber perdido el poder en Bogotá. El espíritu de la Constitución de 1991 era establecer una democracia participativa y para ello entre otros, definió el voto programático para permitir que los ciudadanos conocieran y pudieran exigir el cumplimiento de las promesas de gobierno. También introdujo la revocatoria del mandato, para que el pueblo pudiera responsabilizar políticamente el incumplimiento de aquello que haya prometido determinado candidato. Realmente se trata de la facultad de los ciudadanos de despojar de su cargo a quien ha elegido cuando éste no cumple las promesas hechas al momento de su elección. Lo que hemos visto en Bogotá con las iniciativas de revocatoria, es que el motivo de fondo es más de revanchismo y manipulación política por parte de quienes perdieron las elecciones y no realmente un verdadero incumplimiento de las promesas de campaña o del Plan de Gobierno del Alcalde Peñalosa. Ahora, la ciudad donde queda? Se está pensando en el desarrollo real y efectivo de la Capital de la República? No, simplemente es la oportunidad política para desestabilizar un gobierno que tiene una visión diferente y que se impuso en las elecciones. Una eventual revocatoria es inconveniente para Bogotá, porque volveríamos a una inestabilidad a un colapso y a un deterioro de la calidad de vida de los ciudadanos. Los bogotanos no aguantaríamos otro tiempo de incertidumbre; lo que se requiere es inversión, ejecución y solución a los tremendos problemas de atraso, congestión e inseguridad. Se motiva la revocatoria en incumplimiento de las promesas del plan de gobierno del Alcalde, lo que ellos no saben o no les interesa saber es que de 146 propuestas temáticas que Enrique Peñalosa planteó en su plan “Mandato Ciudadano” y que inscribió en la registraduría, 128 quedaron incluidas en el Plan de Desarrollo “Bogotá Mejor para Todos”, las cuales fueron aprobadas por el Concejo de Bogotá en junio de 2016. Se confirma entonces que el Alcalde ha venido ejecutando casi la totalidad de su programa de gobierno, contrario a lo que sustentan los promotores de su revocatoria. Lo que se evidencia entonces es que viene cumpliendo a cabalidad con su programa. No hacerlo es la principal causa que establece la ley para revocar un alcalde o un gobernador. Entonces, se impulsa la revocatoria porque no les gusta la visión de la ciudad que triunfo en las elecciones o por el estilo y la forma de gobernar del Alcalde, pero no realmente porque esté incumpliendo el programa de gobierno. Al ser así, lo que se requiere entonces es que hagan oposición o sean opción y se impongan en las próximas elecciones, pero no que lleven a una situación de inestabilidad a La ciudad. No están pensando en Bogotá, sino en la próxima contienda electoral, es mas bien un propósito para catapultar su candidato presidencial. En vez de meter a la ciudad en la revocatoria, deberíamos convocar a todos los sectores para sacar a nuestra capital adelante y superar los gravísimos problemas que enfrentamos. Exijamos al Alcalde Peñalosa y a su equipo resultados, ejecución y obras. Se les han aprobado los recursos e instrumentos para hacer realidad un ambicioso Plan de Desarrollo; Bogotá requiere soluciones y no tantas discusiones. Si bien les ha tocado poner la casa en orden, es hora de avocarse de lleno a ejecutar de forma más rápida. La ciudadanía está ávida de soluciones concretas a sus problemáticas. El Alcalde Peñalosa no debe dejar pasar inadvertidas las señales que se prenden con la revocatoria y los resultados de las encuestas, tiene que volcarse a las calles y a los barrios para dialogar más con los ciudadanos. El y su equipo tienen que escuchar más a la gente para encontrar soluciones a sus pequeños problemas diarios, mientras se dan los cambios estructurales de las grandes obras que se están poniendo en ejecución. No solo se debe gobernar para el futuro sino también para los problemas de hoy. En estos momentos hay que pensar en Bogotá de verdad, es mejor exigir resultados, comprometernos todos a sacar adelante la ciudad y dejar gobernar.
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