Llegó el momento de definir lo que va pasar en La Habana, la coyuntura es crítica, ambas partes están en máxima tensión por los últimos hechos ocurridos: la masacre de 11 solados en pleno cese unilateral de las Farc; y esta semana, la muerte de 37 guerrilleros en Antioquia y Cauca por bombardeos de la fuerza aérea, una situación que, por primera vez, tiene a las Farc pensando en retirarse de la mesa, algo que a mi juicio, no es más que un medio de presión para condicionar a un gobierno lapso en las negociaciones, que por el fin, justificaría cualquier medio para seguir en el proyecto al cual le ha dedicado todo su capital político, pero que hoy, está pagando el costo.
¿Por qué se ha llegado a esta crisis? No hay sinceridad entre las partes, están trabajando con agendas paralelas, las Farc todavía sueñan con el poder y el gobierno busca réditos políticos. Ambas partes le han vendido al pueblo una ilusión de paz que no es clara. Según el gobierno, que piensa más con el deseo que con la razón, en época de elecciones la paz estaba de un cacho y, ahora, el mismo presidente Santos, ante la presión de la opinión pública, reconoce que no ha habido avances en el último año. Además de ser un proceso mal diseñado y llevado a la topa tolondra, hoy se ven pocos resultados, aunque algunos pretendan que han sido muchos. No obstante, la guerrilla está fortalecida en lo político, con un discurso muy bien fundamentado, pero sin hechos serios.
Le llegó la hora de amarrase los pantalones al presidente Santos, no puede seguir atado a un proceso por miedo, no más retórica, ni catalogar de enemigo de la paz a quien haga críticas. El proceso hizo agua, se perdió la poca confianza que existía, le corresponde actuar con firmeza y ser más consecuente con el sentir de los colombianos, al fin y al cabo un alto porcentaje cree que las negociaciones no van por buen camino; es necesario fijar plazos para que se vean auténticos avances, las Farc tienen que entender que por muy generoso que haya sido Santos, él no puede controlar más la opinión, ha pasado demasiado tiempo y la gente cobra, el 25% de popularidad es prueba de ello, tienen que mostrar una verdadera voluntad de paz.
En las condiciones actuales, la mesa es insostenible, ya se ha demostrado que negociar en medio de la guerra es casi imposible, cada ataque es tomado por los actores para mostrar resultados y presionar en la mesa, se tiene que cambiar la forma y el modo como se está negociando, buscar alternativas con los países garantes y rectificar el modelo, es hora de dar un viraje y no creo que ni la canciller Holguín, ni Luis Carlos Villegas lo hagan. La concentración con verificación debe analizarse; que se den actos como entregar a los niños en las filas para generar credibilidad; ya está bueno de arrogancia, siguen muriendo los más humildes, mientras el secretariado disfruta de los placeres de La Habana, en el campo, caen batidos guerrilleros que ni siquiera saben que se está negociando.
Esperemos que en esta, clave y crítica, semana, se logre redefinir el rumbo de las negociaciones que tanto le han costado al país, si siguen como van, las prontas consecuencias serán más enfrentamientos y más polarización, peor aún, llegarán las próximas elecciones presidenciales y las Farc volverán a incidir en el rumbo político del país.
@JACOBOSOLANOC
Presidente, amárrese los pantalones
Mar, 26/05/2015 - 13:22
Llegó el momento de definir lo que va pasar en La Habana, la coyuntura es crítica, ambas partes están en máxima tensión por los últimos hechos ocurridos: la masacre de 11 solados en pleno cese u