¿Me creería usted que desde los 8 años los niños ya son racistas? ¿Que a la hora de pensar si una persona es buena o mala uno de sus primeros criterios de selección es el color de la piel? Le confieso que jamás habría creído eso hasta que vi este video realizado por la ONG 11.11 Cambio Social.
En el video se ve a una serie de niños enfrentados al dilema de elegir entre un muñeco que representa a un bebé de piel blanca y otro de piel negra. Primero les preguntan cuál les gusta más y luego cuál les parece malo. Curiosamente la respuesta generalizada es que el muñeco que más les gusta es el blanco de ojos aules y el malo, el ‘negrito’.
Quedé atónito ante las respuestas de los niños. El muñeco negro es malo porque “es de color café” o “porque los morenos no me dan confianza”. ¿De dónde sale semejante visión? ¿Dónde aprendieron los niños que la gente de piel oscura no es de fiar?
Es inevitable que piense que la culpa de todo la tienen los medios de comunicación y en particular la televisión que es, hoy por hoy, el medio que más llama la atención de los menores de edad. Por eso, detengámonos un minuto en la realidad de la TV colombiana para ver qué sociedad es la que percibe un niño de 5, 6 ó 7 años cuando la pantalla chica se convierte en la niñera y educadora del hogar.
¿Hasta dónde la televisión refleja la realidad étnico-racial de nuestro país? Yo no sé si su círculo social está compuesto únicamente por personas como las que salen en los comerciales y programas de televisión, hombres y mujeres blancos, de sonrisas perfectas y vidas idílicas. Le aseguro que la gente que me rodea no es así. Es más creo que ninguno de mis amigos (y ellos me perdonarán) clasificaría siquiera para un comercial de algún medicamento antigripal o laxante. La TV de nuestro país refleja una Colombia que no existe: la gente de piel morena nunca aparece, los negros figuran en los comerciales porque “tienen sabor” y los indígenas solo aparecen cuando queremos hablar de “la diversidad de nuestro país”.
Mientras tanto, los presentadores de nuestros noticieros no tienen nada que ver con el público que los ve. Cada día las presentadoras aparecen con peinados diferentes, como si las colombianas pudieran cambiar de estilo a diario. Las notas que muestran la “realidad nacional” solo se enfocan en las tragedias humanas o la inseguridad urbana -que generalmente implica personas de piel morena - y cuando queremos ver una “noticia positiva” entonces terminamos con imágenes del elitista Parque de la 93 o de algún desfile de modas, eventos a los que el colombiano promedio no puede asistir.
¿Qué va aprendiendo un niño de todo esto? Primero: que los negros y morenos son pobres y viven sumergidos en la desgracia. Segundo: que el éxito y lo bueno es lo que rodea a la gente bonita de piel blanca. Tercero: que entonces hay que ir por la vida discriminando a los primeros y buscando la perfección de los segundos si se quiere alcanzar la vida ideal.
Y vamos más allá. Miremos actores y modelos. Echemos un vistazo a las revistas. El moreno colombiano, el fenotipo nuestro no aparece. Los ídolos son blancos, de ojos castaños o verdes o azules, pero no un morochito colombiano como los que cogen bus y trabajan todos los días por llevar una vida medianamente digna.
¿Niños racistas? Sí, pero no porque pertenezcan al Ku Klux Klan, sino porque reproducen el modelo que les enseña su profesor número uno: la TV. ¿Qué hacer para cambiar esto?
Post-It: Llega el fin de año. Estamos a una semana del 2012. ¡Cuánta expectativa! Será un año bisiesto, así que vienen 366 días nuevos y relucientes para dar lo mejor de nosotros. No se deje coger la noche y desde el 1º de enero empiece a trabajar por un mejor mañana. Los sueños no esperan. ¡Feliz año!
@colombiascopio
juanpablocalvas@gmail.com
Es inevitable que piense que la culpa de todo la tienen los medios de comunicación y en particular la televisión que es, hoy por hoy, el medio que más llama la atención de los menores de edad. Por eso, detengámonos un minuto en la realidad de la TV colombiana para ver qué sociedad es la que percibe un niño de 5, 6 ó 7 años cuando la pantalla chica se convierte en la niñera y educadora del hogar.
¿Hasta dónde la televisión refleja la realidad étnico-racial de nuestro país? Yo no sé si su círculo social está compuesto únicamente por personas como las que salen en los comerciales y programas de televisión, hombres y mujeres blancos, de sonrisas perfectas y vidas idílicas. Le aseguro que la gente que me rodea no es así. Es más creo que ninguno de mis amigos (y ellos me perdonarán) clasificaría siquiera para un comercial de algún medicamento antigripal o laxante. La TV de nuestro país refleja una Colombia que no existe: la gente de piel morena nunca aparece, los negros figuran en los comerciales porque “tienen sabor” y los indígenas solo aparecen cuando queremos hablar de “la diversidad de nuestro país”.
Mientras tanto, los presentadores de nuestros noticieros no tienen nada que ver con el público que los ve. Cada día las presentadoras aparecen con peinados diferentes, como si las colombianas pudieran cambiar de estilo a diario. Las notas que muestran la “realidad nacional” solo se enfocan en las tragedias humanas o la inseguridad urbana -que generalmente implica personas de piel morena - y cuando queremos ver una “noticia positiva” entonces terminamos con imágenes del elitista Parque de la 93 o de algún desfile de modas, eventos a los que el colombiano promedio no puede asistir.
¿Qué va aprendiendo un niño de todo esto? Primero: que los negros y morenos son pobres y viven sumergidos en la desgracia. Segundo: que el éxito y lo bueno es lo que rodea a la gente bonita de piel blanca. Tercero: que entonces hay que ir por la vida discriminando a los primeros y buscando la perfección de los segundos si se quiere alcanzar la vida ideal.
Y vamos más allá. Miremos actores y modelos. Echemos un vistazo a las revistas. El moreno colombiano, el fenotipo nuestro no aparece. Los ídolos son blancos, de ojos castaños o verdes o azules, pero no un morochito colombiano como los que cogen bus y trabajan todos los días por llevar una vida medianamente digna.
¿Niños racistas? Sí, pero no porque pertenezcan al Ku Klux Klan, sino porque reproducen el modelo que les enseña su profesor número uno: la TV. ¿Qué hacer para cambiar esto?
Post-It: Llega el fin de año. Estamos a una semana del 2012. ¡Cuánta expectativa! Será un año bisiesto, así que vienen 366 días nuevos y relucientes para dar lo mejor de nosotros. No se deje coger la noche y desde el 1º de enero empiece a trabajar por un mejor mañana. Los sueños no esperan. ¡Feliz año!
@colombiascopio
juanpablocalvas@gmail.com
