Retos para el próximo presidente de Venezuela

Vie, 12/04/2013 - 06:27
No hay duda alguna sobre lo difícil que será gobernar al vecino país durante el próximo periodo presid

No hay duda alguna sobre lo difícil que será gobernar al vecino país durante el próximo periodo presidencial. Sea Maduro o Capriles, uno de sus principales desafíos será mantener el bienestar en las clases populares en un país donde el gasto público se encuentra totalmente descontrolado.

El principal problema de Venezuela es sin duda el hecho de que el  Gobierno gasta más de lo que produce, cosa bien grave, pues para nadie es un secreto que para poder distribuir riquezas hay que generarlas. En los últimos 14 años  el gobierno concentró todos sus esfuerzos en construir un Estado más equitativo, que en construir un Estado más próspero. El problema es complejo, el actual modelo económico de Venezuela no va a ser sostenible por mucho tiempo, pero tampoco le pueden quitar al pueblo los derechos que ya le han sido concedidos. Siempre será menos costoso económicamente salvaguardar los derechos civiles, como la libertad de expresión, asunto más de voluntad política que de presupuesto. Reivindicar los derechos económicos, sociales y culturales es lo que más le cuesta  a un Estado. Medir los avances en derechos sociales es bastante difícil, pero el criterio que rige esta materia tanto en los tratados, como en la jurisprudencia internacional  de derechos humanos, es el principio de progresividad y la prohibición de regresividad. Es decir, los Estados deben garantizarlos progresivamente, de acuerdo a sus posibilidades económicas, pero asimismo están obligados a garantizar que no haya retrocesos en esta materia y que no se vulneren derechos ya adquiridos. En primera instancia y para evitar una hecatombe, sea Maduro o Capriles, el próximo presidente de Venezuela tendrá que hacer su mejor esfuerzo por aumentar las exportaciones de petróleo. Venezuela es el quinto país exportador de petróleo y el poseedor de las mayores reservas probadas de crudo pesado del mundo. Por lo tanto, el próximo Presidente deberá, ante todo, hacer cambios de fondo en la industria petrolera haciéndola más eficiente y competitiva para aumentar su capacidad de producción. De eso depende en gran medida la economía del país y el bienestar de sus ciudadanos. De cara a un desarrollo verdadero para toda la población, el reto principal del próximo presidente de Venezuela será, paralelamente, crear un modelo económico mucho menos dependiente y menos concentrado en la producción de petróleo, que considere a la persona como su centro de desarrollo. Esto va de la mano de la diversificación de la producción y de las exportaciones. El petróleo y en general la minería crea muy pocos empleos y la única solución para que la economía venezolana sea sostenible en el tiempo, y garantice la realización individual de los venezolanos, es incorporar a los grandes sectores marginados y subempleados a la vida productiva. Por más popular y repetido que sea el proverbio: “regala un pescado a un hombre y le darás alimento para un día, enséñale a pescar y lo alimentarás para el resto de su vida”, nunca dejará de tener validez. Hay que pensar en las potencialidades de los venezolanos para ensanchar los horizontes de su economía y apuntar a escenarios  donde  la persona humana sea el eje de desarrollo y el centro indispensable de la acción de gobierno. De ese modo  la política como arte de gobernar a los pueblos no se reducirá a vencer en un conteo electoral, sino a ejercer el poder efectivamente, en pro del disfrute de todas las libertades fundamentales y de las aspiraciones al bienestar económico.
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