Las revoluciones tecnológicas conllevan un impacto económico descomunal en las sociedades, es el caso de la Revolución Industrial que, al introducir las primeras maquinas en la producción, aumentaron la eficiencia y la rapidez en la fabricación de los productos, lo que produjo una mayor ganancia de los dueños de las factorías.
Esta primera gran revolución de las maquinas, produjo la primera gran revolución social en la historia de la Humanidad: la clase obrera desconcertada y llena de temor ante la expectativa de perder sus trabajos empezaron una campaña encaminada a la destrucción de la fabricas y las maquinas y paralizaron las ciudades con huelga generalizadas.
La intervención de Estado, a través de sus funcionarios y con participación de los partidos políticos, establecieron un pacto que favoreció el entendimiento entre las partes al garantizar para los trabajadores vivienda digna y cerca de sus sitios de trabajo, salud, educación y servicios públicos y una legislación que garantizara unos derecho laborales mínimos.
Hoy somos testigos de una nueva revolución, esta vez con el desarrollo de nuevas tecnologías, que está impactando todos los campos de la actividad humana.
Pero al igual que la Revolución Industrial, esta Revolución está produciendo cambios profundos en la sociedad. Esta nueva revolución hace posible que, por ejemplo, se congreguen miles de personas en Madrid para protestar en contra de las corridas de toros, al permitir que se encuentren y se reconozcan, y terminen coordinando una marcha de protesta en el mismo centro de la cultura taurina.
Movimientos de ciudadanos inconformes como los Indignados de España, La Primera Árabe, y Occupy Wall Street no hubieran sido posibles sin la penetración de las redes sociales.
La inmediatez de la información y el enorme cubrimiento que se genera a través de celulares permiten que la ciudadanía manifieste su descontento con los gobiernos y los políticos y les otorga una voz que antes no tenían.
Desde las redes sociales la gente en Colombia hoy exige tener un buen sistema de salud y seguridad social, empleo, esparcimiento, educación y vivienda de manera eficiente y eficaz, despreocupándose por ideologías de partidos o discursos meta sociales.
El Estado, los Partidos y los políticos no han sabido leer estos nuevos cambios de la sociedad, haciendo mas profunda la separación de intereses de unos ciudadanos descontentos y una clase política anquilosada en una tradición que no corresponde a la realidad.
Esta Nueva Revolución impone un cambio en las instituciones políticas que trasciende a meras reformas del sistema democrático o de la forma de elección del parlamento. Unos gobiernos más agiles y que comprendan las demandas de la sociedad y una clase política que atienda los intereses de todos y no los propios. Y sobre todo que escuche los gritos sociales que a diario se viralizan en las redes sociales.
