Fue coleccionista de artículos clásicos, historiador y autor de tres libros, pero su verdadero interés estuvo en el arte, en especial, en las esculturas y manejo de la metalurgia. Es uno de los artistas más reconocidos en los inicios del renacimiento.
Aprendió el oficio de orfebre de su papá y solo, a los 23 años, se hizo famoso por su talento artístico. Participó en el concurso, El sacrificio de Isaac, que tenía como premio la decoración de las puertas monumentales de bronce del baptisterio de Florencia, una edificación religiosa con un gran valor artístico e histórico.
En esa oportunidad fue designado como el artista para elaborar las piezas de bronce, llamadas por Miguel Ángel como las puertas del paraíso, tardó algo más de una década en terminar el trabajo. En detalle la obra tiene veinte escenas de la vida de Cristo y algunos santos tallados. Para esa ocasión le ganó a Brunelleschi, un destacado artista de la época.
Como resultado de su triunfo creó un taller que con el tiempo se convirtió en un famoso lugar de entrenamiento para artistas de la época como Donatello, Michelozzo, Uccello, Masolino y Filarete.
Fue un artista innovador, logró introducir la sensación de realismo en la ubicación de los personajes mediante la variación del tamaño y valorando la proximidad del espectador. Otras de sus obras fueron algunas estatuas de bronce en la iglesia florentina de Orsanmichele. Ghiberti murió el 01 de diciembre de 1455 en Florencia, Italia.

