III. EMBARQUE DE PINGÜINOS Y DE FOCAS
Después de dejar la Guaira en Venezuela, sobrepasar la región Septentrional de América del Sur y el 28 de enero, con la Estrella Polar a las espaldas, cruzar la línea Ecuatorial, donde según los bucaneros, corsarios y piratas, se ven las “Boyas Multicolores”, se celebró en la mañana, con pompa y boato, la “Llegada del Dios Neptuno y su Corte Celestial” y la tarde libre, después del Bautizo de nosotros los neófitos, con chorros de agua de mar y brindis por la prosperidad. El Diploma reza: " el BE Gloria recaló en mis dominios en Lat. 0° y Long. 45°W, en la ruta de la Guaria a Río de Janeiro" y más adelante a cada uno le confieren un título, al conformar el selectísimo "Cardumen Imperial", y que en mi caso me asignaron el de "Pez Espada"(ya se veía lo "cuchilla" que sería en mi carrera).
Iniciamos navegación hacia el SE, dejando, a gran distancia, la desembocadura del gran río Santa María de la Mar Dulce o Amazonas, dejar la “esquina” de Sur América, navegar al Sur hasta alcanzar Río de Janeiro, para conocer la bahía de Niteroi, el Cristo del Corcovado en Pao de Azúcar, las extensas y hermosísimas playas de Copacabana, Ipanema y Leblón y el estadio de Maracaná; no faltaron las visitas profesionales a las bases navales y militares de ese gran país; continuando más al Sur, para remontar el río de la Plata, llamado antiguamente “El Infierno de los Marineros” e “Inmenso cementerio naval”, y un serio problema para los navegantes en razón a su extensión y poca profundidad, la turbiedad de sus aguas, la profusión de peligrosos bancos de arena y restingas de rocas, la inestabilidad de sus vientos y las rápidas variación de sus mareas; soportar los “Pamperos” (vientos anticiclónicos) y llegar a la europea ciudad de Buenos Aires en Argentina, para visitar también El Astillero “Manuel Domecq García” (submarinos) los estadios (parezco futbolista) del Boca y del River, “Mi viejo Almacén” en el barrio del Boca, San Telmo y la “Mosca Blanca” en el puerto; después de cuatro inolvidables días, bajamos el río de la Plata, dejando el gran y famoso “Banco Ingles”, que parece una glorieta entre Montevideo y Buenos Aires y dirigimos proa hacia el Este, en pleno Atlántico Sur abajo y arriba la Cruz del Sur y ahí si empieza a funcionar en forma lo de adelantar una hora cada 15° de longitud; la pierna es de 30 días hasta alcanzar Ciudad del Cabo en Sudáfrica; en el camino nos tropezamos con la Isla de Gough, que pertenece al Archipiélago de Tristao da Cunha; es una isla volcánica situada en latitud 40° 18 S y Longitud 09° 57 W (ya estamos en el huso horario -1), lo que quiere decir que estábamos a 4 horas más tarde que en Colombia.
Es de anotar que dichas islas, incluyendo Santa Elena (a 404 kilómetros al NE de Gough y lugar de exilio de Napoleón) fueron descubiertas por el almirante portugués Tristao da Cunha en 1516 y anexionadas a Gran Bretaña en 1816. Allí funciona una Estación meteorológica y hay abundancia de Focas y Pingüinos. Nuestro comandante autoriza desembarcar en una ballenera al mando del CC J. Gutiérrez y tripulación de 6 hombres entre cadetes y suboficiales.
Al regreso traemos tres pingüinos y dos focas, más bravas que un perro salvaje; esos nuevos miembros de la tripulación, nos acompañarán hasta Bahía Saldanha en Sudáfrica, donde desembarcamos a las focas y dos pingüinos; es decir nos quedamos con una pingüina (creo), la más mansita, a quien bautizamos como la "escandalosa", por el ruido que hace a todas horas, pero no es tan brava como la vela de su mismo nombre. El 18 de marzo a las 14:00 horas el "inclinómetro" marcó una escora de 44° durante un Temporal con fuertes lluvias que duró alrededor de 25 horas, debido a un “Frente Frio”, (véase Vientos) en Lat.: 40° 46´sur y Long: 07° 50' Este; continuamos hasta el Sur del Continente Africano y fondeamos en Bahía Saldanha, para hacerle mantenimiento al buque y "embellecerlo”, después de su primera larga travesía; Saldanha, es un pequeño poblado, rodeada por una Bahía con factoría para la conservación del Atún y está ubicada a unas 75 millas al NW de Ciudad del Cabo, nuestro destino en Sudáfrica. Recordando algo de historia en 1488, el navegante portugués Bartolomeu Días bordeó el extremo sur de África y lo denominó cabo de las Tormentas, (véase numeral 3, Cabos del Mundo) más tarde conocido como de Buena Esperanza. Se abrió así un paso fundamental en la comunicación navegable entre Europa y Asia; y un poco de geopolítica, la República Sudáfrica, está situada en África meridional que limita al norte con Namibia, Botswana, Zimbabwe, Mozambique y Swazilandia, al este y sur con el océano Índico, y al oeste con el océano Atlántico. Lesotho forma un estado independiente en la parte occidental del país. Sudáfrica tiene 1.221.037 km2 de superficie. Su moneda es el Rand, que equivalía en ese año a unos 4 Rands por dólar; idioma el inglés y el Africaans. Ahora bien, Ciudad del Cabo ("Cape Town"), fundada por los holandeses en 1652, es la segunda ciudad en importancia, está localizada en el extremo norte de la península del Cabo y es la capital legislativa de Sudáfrica; En la costa meridional, exactamente al sur de Ciudad de El Cabo, se eleva el “Table Mountain”, un pico aislado con unos 1080 m de altitud. Es de anotar que Sudáfrica tiene tres capitales: Ciudad del Cabo (legislativa), Pretoria (ejecutiva) y Bloemfontein (judicial).
En ese entonces el "Apartheid" (o discriminación contra los no blancos) estaba en boga, de tal manera que nuestros cocineros (todos de raza negra) pudieron salir con limitaciones y porque no decir el resto de la tripulación y cadetes que veníamos quemados por el Sol tropical de nuestra costa Caribe colombiana. Asistimos a Museos, al Parlamento, a Paseos en teleférico hasta la meseta, a reuniones programadas y a fiestas en honor al velero colombiano.
Digno mencionar dos cosas: la primera que la ballenera No.5 participa en la regata anual del "Royal Yatch Club" de Cape Town, obteniendo el primer puesto, y la segunda que llegó a visitar la nave colombiana, el premio Nobel de Medicina, quien había realizado exitosamente el primer trasplante de corazón, Doctor Cristian Barnard y su bella esposa Bárbara. Viene a mi memoria el comentario de nuestro compañero del 42 Guillermo "Chiz" Sánchez, quien había conseguido de tres a cuatro "amigovias" y que el día del zarpe, para despedirse de ellas, desde la gavia baja del trinquete, lanzó la frase "... extendí mi mano, como acariciando la parte superior del globo terrestre.... y cada una sintió que de ella se despedía y ninguna supo que existía la otra"; será cierto??
...Continuará el próximo 5 de marzo con la quinta entrega de '28 mil millas alrededor del globo'
