Remberto Burgos de la Espriella.

Médico Neurocirujano, miembro Academia Nacional de Medicina. Miembro Honorario Academia de Cartagena. Presidente Honorario Federación Latinoamericana de Neurocirugia.Expresidente Asociacion Colombiana de Neurociriugia.Especialista en Gobierno y Asuntos Públicos.

Remberto Burgos de la Espriella.

Carta a los Reyes Magos

Cuenta nuestra tradición que, guiados desde el cielo por la estrella de Belén, los Reyes Magos encontraron a Jesús de Nazaret. Desde Oriente vinieron estos tres viajeros a entregarles muestras simbólicas que hoy conservan vigencia: oro, incienso y mirra. Utilizando esta leyenda de 2000 años, y confiando que no sea tarde, les envié en la fecha mi carta a los Reyes de Oriente para que la estrella de la esperanza los lleve a Colombia, país de alto riesgo de viabilidad institucional.

Baltasar trajo el oro y le pediría en ese metal un código de comportamiento ético para nuestros funcionarios. Que no mezclen los negocios particulares con la política. Hagan como norma de vida la frase de Su Santidad, “Soñemos Juntos¨:  aconseja el Santo Padre que la persona que le gusta el dinero, la ostentación y este ruinoso metal le anestesia sus principios es mejor que se dedique a los negocios. Que busquen suerte en empresas particulares y la política hay que dejarla para quienes tengan genuinas labores misionales de servicio público. El liderazgo requiere moral, resistente a la corrosión, como el oro. La honestidad es la piedra preciosa del liderazgo colectivo. La corrupción es nuestra pandemia y hoy el estado, necesita solo un mandamiento: ¡no robaras!

Mirra, producto de alta potencia medicinal y con propiedades antiséptica. En la industria cosmética es conocido como antienvejecimiento. Es la fragancia que trajo Melchor. Es el ejemplo del comportamiento. La coherencia, articulación entre lo que se dice y lo que se hace. Así, por ejemplo: ¿Es muy difícil pensar que gobernadores y alcaldes hagan públicas sus declaraciones de renta? Es infantil, como la carta a los Reyes Magos, dirán mucho. Pretender que los precandidatos presidenciales le muestren al país su patrimonio, ¿es una utopía? No.

Es conocer sus capitales y saber que el cargo no será el trampolín de los bienes. Ajeno a que utilicen testaferratos, es mostrar una hoja de vida que resista análisis y se pueda ver gestión con lentes de transparencia. En medicina, no es posible un acertado diagnóstico si no se conocen los antecedentes. Con gestos como estos se construye, rociar pureza. Las propiedades dermatológicas de la mirra se la aplicarían a las personas que aspiran a ingresar al servicio público. Que deje expuesto, como escalpe, el decoro del actuar y la certeza que los mejores son los que están en el servicio público. El perfume de la meritocracia y el autorretrato moral.

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Gaspar el rey del incensio. Cuando se quema esta resina vegetal produce una neblina aromática utilizado para diversas patologías y hacia parte de especiales rituales religiosos. Puede esconder o disimular muchas realidades. Este país necesita que se le hable con la verdad. No queremos campañas de hacedores de humo o discursos veintejulieros. No más fantasía, alucinaciones o promesas oportunistas. La pobreza no se alivia con palabras y el hambre necesita calorías. Queremos una campaña seria, beligerante en propuestas y con soluciones concretas. No son los tiempos de la “casa en el aire”.

Una campaña que muestre el discernimiento y la capacidad analítica de nuestra democracia. Que la decisión de elegir no tenga presiones indebidas. Llorará Baltasar cuando se entere de los costos de las curules. Por Dios, en ciertos departamentos se marca entre 4 y 5 millones de dólares ser senador. Ya no se negocian conciencias individuales, se compran lideres de barrio y la tarifa son millones de pesos. Decepcionante: todos tienen precio y gana el mejor postor.

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Es el incensio a la avidez. Inaceptable que se califique la época preelectoral en Colombia como la temporada de cosecha…la de los. votos, Un paciente de 90 años me enseñó en estos días esta frase:” no hay peor cosa que la abundancia”” Estos son los tiempos de la abundancia para comprar los principios de los colombianos, es la explotación de los contratos y de los recursos públicos en vía de desmantelamiento. Por antonomasia, cosecha implica siembra previa, ¿qué semilla enterraron estos mercaderes?

Caras nuevas y sin antecedentes en los aspirantes a corporaciones públicas. Una tentativa renovadora de liderazgo y ojalá de propuestas trascendentes. Por los Reyes Magos: no caigan en la compra de votos. Vendan ideas, no negocien conciencias, esto enferma la democracia y se aprovecha la necesidad de los más desprotegidos. Por cierto, señores electores: como les piden cumplir lo prometido si ustedes negociaron ese día el control social. Expertos dicen que la generación “millennials” además de experticia en redes tiene altos valores éticos y compromiso social. El sufragio es un derecho fundamental. Estamos en la post temporada de Michael Jordán y la época de los votos a 200 mil pesitos ya debió haber pasado: el merengue del mejengue, ¡No se dejen comprar!!

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