Lo que está ocurriendo en Estados Unidos no puede dejar de ser, para los colombianos, motivo de inmensa preocupación cuando está puesta en riesgo la democracia del mundo y, por otra parte, tenemos el reto de enfrentar un difícil 2022 que se presenta así con los más oscuros designios. El triunfo de la coalición de la izquierda alrededor de un figurín para llegar, a como dé lugar, al poder en la mayor potencia mundial llegando a los extremos de la más ordinarias formas de fraude que solo pueden ser comparables con las utilizadas por Juan Manuel Santos cuando se vio derrotado en una primera vuelta en la que Óscar Iván Zuluaga se mostró como indiscutible vencedor con una ventaja en votos que no podría ser superada de otra manera que acudiendo de nuevo a sus sucias jugadas.
El jueves pasado, en La tarde de La Hora de la Verdad, Álvaro Uribe mostró una actitud fortalecida luego del injusto confinamiento que le impusieron sus enemigos de la Corte, en la que vale la pena resaltar cierta distancia con el gobierno de su pupilo. Sin mencionarlo ni una sola vez, las manifestaciones de inconformidad con la falta de acción para destrabar el impedimento a las fumigaciones contra los cultivos de coca, amapola y mariguana que habría significado una reducción significativa de la producción de droga y sus multimillonarios ingresos que son los que mantienen fortalecidos a los criminales. En otros aspectos como el de la austeridad, con la discreción que lo caracteriza en los últimos tiempos, nos hizo ver que si no es con un referendo el gobierno no se ocupará del tema y seguirá en su plan de endeudamiento exagerado y en un crecimiento del gasto público injustificado que repercutirá fuertemente sobre los colombianos en el futuro. Su propuesta de referendo es un claro reto a Duque, sin duda.
“Ojo con el veintidós, tenemos un ratico para luchar”, nos advierte Álvaro Uribe y, a su vez, nos invita a enfrentarlo. Lo cierto es que el ratico se va yendo sin que nos demos cuenta y lo grave sería que, así como se desvanecieron dos años sin acciones claras ante los graves problemas del país, lleguemos a la campaña electoral improvisando candidaturas y atendiendo ridículas encuestas.
“Ojo con el veintidós”, nos lo tenemos que decir a diario. No nos descuidemos. Si se confirma la elección del candidato Biden, quien recibió mensajes solidarios de Petro y de otros de su calaña, la izquierda se sentirá envalentonada considerando al presidente del imperio como su “nuevo mejor amigo”. Y, para rematar, si las prácticas ilegales para ganar elecciones se terminan imponiendo en Estados Unidos, se seguirán aplicando en este lado del continente de manera mucho más descarada. Tendrán la justificación de que si el país cuna de la democracia lo admite por qué no el nuestro que se caracteriza por una muy frágil y golpeada.
De nuevo van quedando las cartas al descubierto pero no olvidemos que el tahúr se siente orgulloso de ganar especialmente si es con trampas.