Gran emoción sentimos la mayoría de los colombianos, cuando a la tarima de los premios Oscar subieron a recibir el premio de mejor película animada, Jared Bush, Byron Howard, Ybett Merino y Clark Spencer, directores y productores de la película Encanto, una cinta que ha cautivado a grandes y pequeños, con su mágica historia, basada en Colombia.
Independientemente de no ser una película colombiana, participaron varios artistas nacionales, y la producción de Disney puso el nombre de Colombia, en otro lado de la historia. No solamente estaba siendo vista como meca del narcotráfico y la prostitución, sino que retrataron nuestra cultura, nuestra gente, la geografía, muchas de nuestras tradiciones e incluso de nuestra problemática.
Por su puesto que ganar el galardón de la Academia era motivo de celebración, ver a nuestros artistas sonriendo en la alfombra roja, por llegar tan lejos, nos dio una alegría inmensa, aunque repito, no a todos, como lo dejó ver, con su desatinado trino, Margarita Rosa de Francisco, quien horas antes de empezar la gala escribió en twitter “Me muero de ganas de no ver encanto”, una muestra más de sus frecuentes comentarios llenos de veneno y resentimiento. Sin embargo, por fortuna, posteriormente, como ella misma dijo “le callaron la jeta”.
Como el de ella, miles de mensajes inundaron las redes, como es costumbre, de algunos sectores inconformes, que se quejan porque si y porque no. Querían opacar una gran noche, de una película que ha brillado desde que se estrenó y que hoy aún, continua dando frutos, pues continúa en cartelera después de 4 meses de haberse estrenado.
Los Madrigal nos recuerda que Colombia es poderosa y que aunque hayan dificultades, podemos salir adelante, levantarnos y continuar con fuerza, aun cuando lo veamos todo perdido. Nos reitera que la institución más importante de la sociedad es la familia y que el campo, es uno de los ejes de nuestro país, el cual debe ser enaltecido y al que hay que destinar grandes recursos.
En esta tierra donde nacimos, todos tenemos un talento, para ayudar en la construcción de un mejor país. En Encanto se muestra a Mirabel, como la única sin un talento específico, sin embargo es en sus manos en donde está la clave para que la casa Madrigal no se derrumbe. Paradójicamente, hoy Colombia se debate entre el odio, la soberbia, el miedo y la violencia vs. el trabajo en equipo, el amor, la honestidad y la esperanza.
En nuestras manos está el decidir, si construimos nuestro país con bases sólidas, como en Encanto, cuando entre todos volvieron a darle vida a la casa Madrigal o dejamos que los escombros nos perturben y nos roben la paz y la democracia. Así como en la película, esperamos que en Colombia haya un buen final, que nos impulse y nos llene de ganas de seguir enalteciendo nuestra nación.