Esta columna tuvo acceso al informe, ya traducido, que un alienígena no identificado dirigió a sus superiores luego de visitar por primera vez la Tierra y regresar a su sede, más allá de las estrellas, conocida como 01-Y-01-FN-44. Aquí, el texto:
“De acuerdo con la Central Estratégica, estuve de misión en la hermana Unidad Cósmica llamada Tierra, a la que ningún miembro de nuestra Confederación había visitado. Durante un año, medida temporal común allí, contacté habitantes de distintas condiciones, lo que me hizo posible informarme con gran asombro de toda clase de circunstancias, conductas, hechos, etc., corrientes en tal zona. Por ejemplo:
● Muchas personas (así se denominan) piensan que el Universo se autocreó a partir de la explosión de una minúscula y densa porción de materia, de cuyo origen nadie me dio una razón convincente. Otros creen que es una obra ideada y ejecutada por algo o alguien que llaman d/Dios en diversas invocaciones y numerosos idiomas, creencia que dio lugar a lo que denominan religión, una concepción de las cosas mediante la cual le rinden culto de muy disímiles maneras a ese d/Dios, para lo que concibieron las iglesias, instancias que se atribuyen la misión de formar fieles, o seguidores, orientados y controlados, en nombre de su d/Dios, por individuos que llaman rabinos, sacerdotes, popes, pastores, imanes, etc. Al mismo tiempo hay quienes no creen que el Cosmos se haya hecho a sí mismo o que sea obra de algún d/Dios.
● También me enteré de que quienes creen en la existencia de su d/Dios lo definen, entre otros términos, como un ser •eterno: sin principio y fin; •ubicuo: omnipresente; •omnisciente: el sumun del saber; •omnipotente: capaz de lograr cuanto desee; •infalible: sin posibilidad de errar; •perfecto: sin defectos o limitaciones; •bondadoso: generador de bien; •misericordioso: que evita el mal y el dolor. Además, y a la luz de estos últimos rasgos, aquellas personas afirman que, como muestra del amor divino por cada una, d/Dios las creó a su imagen y semejanza y determinó que esta Unidad Cósmica, la Tierra, fuera un escenario amable para quienes lo poblaran.
● En efecto, en el orden natural, la belleza es infinita, generadora de sensaciones rotundas, maravillosas, de vivencias inefables e inolvidables, lo que empuja a muchos a cantar y agradecer un sinnúmero de efectos de gran placidez. No obstante, abundan inundaciones, extinciones, sequías, terremotos, tsunamis, huracanes, erupciones, pestes, hambrunas, pandemias y otros fenómenos catastróficos que ocasionan destrucción, desesperanza, desconcierto, desolación, rabia, agobio, muerte entre los pobladores.
● En el orden humano pude apreciar individuos inteligentes, solidarios, respetuosos del medio y sus congéneres, realizados, felices, agradecidos con la vida y d/Dios. Sin embargo, he de afirmar que, junto a ello, documenté que existen y han existido millones de personas con enfermedades y patologías monstruosas, vergonzosas, inhumanas, indescriptibles, que ponen fin a sus vidas en medio de dolores horribles, tristezas sin límite, soledades infames.
● En el orden social, durante toda su historia, ha habido y hay masas de personas con hambre en medio de la abundancia, pobreza sin fin, injusticias por doquier, asesinatos sin medida, guerras, delincuencia de todo tipo, abusos y maltratos a humanos y animales, explotación irresponsable de la naturaleza. Es decir, individuos y sociedades de una imperfección escandalosa y nociva.
Vistos tales tres órdenes, no entiendo por qué dicen de ese d/Dios lo que dicen y que los humanos hayan sido hechos a su imagen y semejanza, temas acerca de los que hablé con sacerdotes, pastores, rabinos, etc., sin haberme dado una explicación convincente e irrefutable”.
Hasta ahí el informe del extraterrestre. ¿Qué hacer ante lo observado en la Tierra con una mente del más allá? ¿Reír o llorar? Evoca lo dicho por Galileo en una célebre carta dirigida a Kepler para hablarle de su asombro ante la actitud desconfiada de algunos colegas: “¿Qué dirá Vd. de los científicos de aquí que, con una obstinación realmente viperina, se han negado a mirar el cielo por el telescopio? ¿Qué debemos hacer ante ellos? ¿Reír o llorar?". Por nuestra parte, ¿nos negamos a mirar la Tierra por los ojos del alienígena?
INFLEXIÓN. El individuo parece que regresó muy confundido a su base porque si d/Dios, pese a todos los rasgos que se le han asignado, permite –sabrá por qué y para qué– tanto desastre y tanto dolor, es explicable que los humanos, al haber sido hechos a imagen y semejanza de ese d/Dios, ocasionemos también tanto desastre y dolor. ¿O cómo es la cosa?
Por: Ignacio Arizmendi.
11/12/2021
