El Senador Carlos Andrés Trujillo presentó ante el Congreso un proyecto de ley por el cual se busca que institutos y centros de investigación reconocidos por MinCiencias otorguen títulos de doctorado en Colombia. La semana pasada el proyecto fue aprobado por la Comisión 6a del Senado en el primero de los cuatro debates a los que se someten los proyectos de ley.
Ante esto, la rectora de la Universidad Nacional doctora Dolly Montoya reaccionó y en su columna de opinión del periódico El Espectador llamó la atención sobre la necesidad de que los doctorados sean otorgados exclusivamente por Universidades. Su argumento se centró en afirmar que, a diferencia de otras instituciones, las Universidades “ofrecen una formación integral”.
Sin embargo, por un lado, lo que está promoviendo el Senador Trujillo no es algo diferente a lo que ha existido en diferentes países del mundo que promueven seriamente la investigación científica como Inglaterra y Holanda. En estos países existen instituciones independientes como el Institute of Development Studies (IDS) Inglaterra y el Instituto para la Educación en Aguas (IHE) de Delft en Holanda que, conservando su autonomía e independencia frente a cualquier universidad, otorgan diplomas de doctorado. Por otro lado, el argumento de la rectora centrado en que las universidades “ofrecen una formación integral” no es suficiente ya que los estudios doctorales no se centran sólo en la formación sino que son básicamente el primer escalón que emprende una persona que quiere hacer investigación científica. Además, un estudiante que ingresa a un programa de doctorado ya cuenta con una formación sólida e integral que busca potenciarse con una experiencia investigativa con sus pares e idealmente en un ambiente de trabajo que lo enfrente a las realidades del país.
En Colombia, la ley que rige los doctorados en Colombia (ley 30 de 1992) quedó ambigua en el componente investigativo y eso ha permitido que algunas universidades hayan priorizado el componente formativo al investigativo en los doctorados que ofrecen. Esto ha generado dos efectos negativos:
- Alumnos de doctorado que emprenden sus trabajos sin el apoyo de grupos de investigación lo que produce tesis doctorales guardadas en las bibliotecas que pocos leen;
- Desarticulación entre el potencial del trabajo de un estudiante de doctorado para ayudar a encontrar soluciones al aparato industrial colombiano.
Ante esa realidad, es válido abrir el debate de la posibilidad de que centros de investigación serios y reconocidos, puedan contar con estudiantes de doctorado para desarrollar investigaciones científicas que impacten positivamente la producción científica del país y que, eventualmente, puedan generar impacto en la industria. En Colombia existen varios centros que pueden tener el perfil para crear programas de doctorado de renombre internacional como el Instituto de Investigación del Plástico y del Caucho (Medellín), el Centro Internacional de Física (Bogotá), la Corporación para la investigación de la Corrosión (Bucaramanga), el Instituto Von Humboldt y el Instituto Sinchi.
Independientemente del proyecto de ley que el Senador Trujillo está proponiendo, creo que el debate sobre la calidad de los doctorados en Colombia debería abrirse para que en el siglo XXI no se quede sólo como un proceso formativo sino que se consolide como un eslabón importante en el proceso investigativo que proyecten conocimiento internacional de punta o ayuden a resolver problemas de la industria colombiana. Esto es de gran importancia para fortalecer la comprensión de por qué y para qué hacer ciencia en Colombia.
Desde AvanCiencia haremos seguimiento al proyecto de ley e informaremos sobre el progreso de tal iniciativa en el Congreso.