Una marca competitiva que por más de cuarenta y cinco años se ha convertido en líder por su recordación colectiva en la memoria de los bogotanos de todos los rincones de la ciudad que quieren probar sin ir muy lejos las delicias de la tradicional gallina criolla con sus respectivos acompañamientos cárnicos y esos culposos carbohidratos inseparables de dicha experiencia gastronómica: las arepas, papas criollas y platanitos maduros.
La experiencia de visitar Don Jorge Restaurante y Piqueteadero, ha sido calificado desde hace varios años como el lugar donde se consigue la mejor rellena del país, sustentados en comentarios tanto de portales especializados como Trip Advisor o referencias del buscador Google, así como de influenciadores especializados en crítica gastronómica como Los Insaciables, Venga le cuento, entre otros colegas dedicados a destacar estos esfuerzos.
Haber visitado su local ubicado en la localidad de Kennedy en un punto neurálgico de encuentro cercano a la carrera 78, la Avenida 1 de Mayo y la Avenida Villavicencio sentido norte-sur; además de recibir las grandes atenciones que su negocio hizo a la prensa acreditada en el cubrimiento de la recientemente concluida Feria Internacional del Libro de Bogotá-FILBO 2023 -razón por la cual, además de la sobrecarga académica de mis estudios no pude estar tan al frente de este espacio, razón por la que pido disculpas a los lectores y lectoras de Kien y Ke-.
Una historia de emprendimiento, innovación culinaria y también administrativa es la base del éxito de este lugar, que comenzó hace más de cuarenta y cinco años como una venta de pasteles de yuca en un pequeño zaguán, que poco a poco fueron ampliando con los productos por los que hoy en día es famoso: la gallina criolla, la morcilla, el chicharrón y todas las delicias típicas alrededor de un plato de origen campesino tan afamado entre todas las clases sociales de la ciudad. No en vano, el Fritanga Fest-2020, en el año más difícil de la historia para los restaurantes, fueron los indiscutibles ganadores, asegurando otro lugar en la memoria colectiva de los colombianos como una marca a prueba de todo.
Un dato no menos importante, es que en el imaginario popular, por el nombre fritanguería, se refiere a que se fritan las gallinas y en general todas las asaduras secundarias a la carne bovina, pero no en el caso de Don Jorge. Ellos la gran mayoría de su comida la cocinan en agua caliente, como se diría popularmente, es sancochada, así que no hay que tenerle miedo a perder la dieta, ni la línea ni a un colesterol. Al igual que en el periodismo y otros aspectos de la vida cotidiana del colombiano promedio, perdemos oportunidades, amistades y momentos único de disfrutar la vida, más que por factores externos, por miedos y fantasmas autofabricados, que muchas veces -casi siempre la gran mayoría- resultan ser imaginaciones sin asidero en la realidad.
No obstante, para todos los gustos y bajo un presupuesto módico y normal, se pueden tener otras opciones como almuerzos corrientes y ejecutivos, pescados y otros platos especiales diferentes a Su Majestad La Gallina Criolla que van en precios entre los $26.000 a los $40.000 (US$ 5 a US$ 20). Las picadas (platos en que cortan en porciones pequeñas de morcilla, chicharrón, asaduras y la gallina en sus respectivas presas con los acompañamientos de papa criolla, arepa y plátano maduro) se encuentran entre los $30.000 a $170.000 respectivamente, dependiendo para el número de personas que se vaya a preparar (US$ 7 a US$ 38).
Por último, para poder disfrutar de algo típico en un lugar diferente, con un buen ambiente familiar en este Mes de las Madres no hay una mejor opción, incluso para comidas más ligeras acompañadas de jugos naturales, cerveza fría o la bebida de su gusto con los pasteles de yuca, pioneros en su excelente preparación y crocancia.
