La crisis de la pandemia ha actuado como acelerador en muchos ámbitos de la sociedad, especialmente en el sector tecnológico, y el gobierno no ha sido ajeno a esto. El concepto de Gobierno Digital contemplaba hace unos meses, el concepto “cero papel”, tramites electrónicos de procedimientos administrativos, entre otros, pero la pandemia ha obligado a acelerar la transformación digital.
Ahora se impone un modelo de consumo de servicios públicos que integran tecnologías emergentes como la Inteligencia Artificial, Big Data o computación en la nube (Cloud), entre otros, con el objetivo de proporcionar soporte automatizado de las tareas, facilitar el acceso ágil y seguro y ofrecer una visión unificada de todos los servicios públicos.
El Gobierno Digital debe ser la estrategia que impulse el proceso de transformación digital del país, mediante la colaboración público-privada. Por esto, esta estrategia debe enfocar sus objetivos en la implementación de la transformación digital como palanca fundamental para reactivar el crecimiento económico, reducir la desigualdad, aumentar la productividad y aprovechar las oportunidades que ofrecen las nuevas tecnologías.
Esta estrategia debe constar de medidas articuladas como la conectividad al garantizar conectividad para la población, promoviendo la reducción de la brecha digital entre zonas rurales y urbanas, con el objetivo de lograr, realmente, la cobertura del 70% de la población colombiana en 2022. El siguiente paso es iniciar el despliegue de tecnología 5G e incentivar su contribución al aumento de la productividad económica, al progreso social y medio ambiental.
Para esto es imperativo reforzar las competencias digitales de trabajadores y de la ciudadanía, poniendo especial énfasis en las necesidades del mercado laboral y en cerrar la brecha digital en la educación, con el objetivo que la mayoría de personas adquieran competencias digitales básicas, aumentando especialmente las competencias en las niñas y las mujeres.
Esto logrará acelerar la digitalización de las empresas e impulsar la digitalización del modelo productivo mediante proyectos de transformación digital en sectores económicos estratégicos como agroindustria, transporte, salud, comercio y energía, entre otros, teniendo como meta reducir las emisiones de CO2 por efecto de la digitalización de la economía y al mismo tiempo mejorar el atractivo turístico de Colombia, lo que generará más puestos de trabajo e inversiones.
Finalmente, impulsar la digitalización de las entidades públicas, en ámbitos clave como trabajo, justicia, salud, defensa, medio ambiente y las políticas sociales mediante la actualización de las infraestructuras tecnológicas, es de suma importancia para reactivar la economía y ser competitivos en el ámbito internacional, además de tener un real acercamiento con la ciudadanía.
Por esto, implementar la tecnología 5G debe ser una de las prioridades de una agenda digital. La tecnología 5G es, junto con otras tecnologías disruptivas, como el internet de las cosas, la inteligencia artificial, la computación en la nube, la localización inteligente, geolocalización o la automatización de procesos (RPA), son la piedra angular de la digitalización, caracterizadas por un cambio cada vez más dinámico, que impactará positivamente en la competitividad y en el eficiente uso de los recursos productivos, prestando servicios de mayor calidad.
Ejemplo de un gobierno o país digital, es Estonia, un país más pequeño que Colombia, donde entendieron que trabajando colaborativamente entre gobierno, empresas, academia y ciudadanía, lograrían convertir al país, según medios especializados, en el país más digital del mundo, proceso que inicio, en 1997, cuando decidieron adoptar un gobierno digital con el objetivo de mejorar la competitividad del estado, reducir los tiempos de los trámites y mejorar el bienestar de las personas.
A partir de ahí comenzaron a realizar una serie de cambios, además de proyecciones para el futuro. Iniciaron con la modernización en educación, proporcionando conectividad y computadoras a los colegios y para el año 2.000 todos los colegios estaban en línea.
En 2002, lanzaron un sistema de identificación digital, que consiste en un documento de identidad con un chip con información, que no es la digitalización de un documento físico, sino un sistema que proporciona acceso digital a todos los servicios en línea que ofrece el estado, como el acceso al sistema de salud, la posibilidad de votar, pagar impuestos o acceder al banco, entre otros.
Allí pueden realizar todos los trámites en línea, excepto casarse, divorciarse o comprar inmuebles. 99% de los servicios que presta el estado están en línea y 98% de los ciudadanos tienen identificación digital. El camino hasta llegar a donde esta, este pequeño gran país, no fue inmediato y no sólo implicó la apropiación de tecnologías sino un cambio cultural y así lo entendieron el gobierno, los ciudadanos y los agentes sociales.
En Estonia se aplica el principio de Una vez u “only once”, que implica almacenar la información del ciudadano de manera eficiente, para que este no tenga que volver a ingresar todos sus datos cada vez que realiza un trámite. Esto se logra con la interoperabilidad y comunicación entre las entidades gubernamentales, lo que ha permitido hacer invisibles para el ciudadano, más de 60 trámites.
Por esto, el objetivo es que la ciudadanía visualice una única cara del gobierno, sea nacional, departamental o municipal, bajo el paradigma de “un único punto de acceso”, para una cantidad de trámites o servicios. Hacer que esto sea posible, será a través de una eficiente gestión de las entidades públicas que permitan una interconexión global, para acercarse de forma personalizada al ciudadano, simplificando las relaciones administrativas y promoviendo la prestación de servicios digitales de forma transparente y al mismo tiempo fomentando la integridad pública.
Así mismo los funcionarios públicos podrán tener una visión global de los ciudadanos a través de soluciones como Servihuella, que con información georeferenciada por predios y visualizada a través de mapas, se puede conocer el barrio donde vivimos, la composición familiar y el escenario laboral, entre otros, que combinado con Inteligencia Artificial (IA), permitirá detectar patrones que ayuden a categorizar a la ciudadanía, aumentar la seguridad y protección a las personas y prestar servicios y soluciones que mejorarán la experiencia de los ciudadanos.
De igual manera permitirá a las administraciones públicas tomar decisiones cuando se presentan retardos en el sistema de transporte, ya que mediante estas tecnologías, se puede detectar aglomeraciones, permitiendo a las secretarias de movilidad, en este caso, enviar más buses y gestionar los semáforos para agilizar el desplazamiento de estos ciudadanos.
Una gestión adecuada de toda esta información, puede ayudar a transformar la forma de interactuar que tienen las alcaldías con los ciudadanos, convirtiéndose en un gobierno proactivo que se anticipa a las necesidades, ofreciendo a la ciudadanía un paquete de servicios totalmente personalizados.
Con esta visión completa de los ciudadanos, la administración pública podría seguir innovando hacia nuevos modelos de interacción y adelantarse a lo que la ciudadanía necesita en función de ese conocimiento que se tiene. La aplicación en este caso, del Big Data, dotará a los gobiernos de capacidades para recopilar información, salvaguardando la privacidad de los ciudadanos, quienes deciden qué información quieren dar a conocer y con qué fines.
La transformación digital de las entidades gubernamentales, será clave para que los sistemas actuales de identificación sean reemplazados por modelos basados en datos biométricos, como la huella dactilar, el reconocimiento facial y la voz. La biometría de voz se convertirá en un elemento fundamental y deseable no solo para realizar compras o pagar mediante voz, sino también para acceder a la carpeta ciudadana digital, que ha sido poco promocionada entre los colombianos.
El Big Data, la Inteligencia Artificial (IA), la localización inteligente (LI), Servihuella, la computación en la nube (Cloud) y la analítica combinados, darán respuestas automatizadas a situaciones futuras, apoyadas en predicciones, fundamentadas en el aprendizaje (machine learning) a partir de una gestión ágil y estratégica de grandes volúmenes de datos, como las que guardan las entidades gubernamentales colombianas. También la aplicación del Blockchain, se permitiría crear, intercambiar e integrar información de distintas entidades, así como de otros agentes que interactúan en el proceso de recopilación datos de los ciudadanos, inversionistas, turistas y empresas, asegurando el principio de “solo una vez”, como en Estonia.
La consecución de estos objetivos y por tanto la implementación de esta visión, merece una reflexión que va más allá de un enfoque puramente tecnológico. La apropiación de este modelo de gobierno digital, deberá actuar como un factor de equilibrio entre lo público y lo privado, transformando la percepción que tengan los ciudadanos sobre el servicio que prestan las entidades públicas y convirtiéndose, en agentes transparentes, agiles y adaptados a los continuos cambios de la sociedad y de la economía.
La tecnología y un enfoque centrado en las personas son hoy, principios rectores para ser un gobierno digital, por esto se debe implementar una visión a largo plazo impulsada por la innovación y la tecnología, trabajando colaborativamente entre gobiernos, empresas, ciudadanos y academia para responder, efectivamente, a las necesidades cambiantes de los ciudadanos y enfocada en lograr que las ciudades, territorios y el país sean inclusivos, seguros, resilientes, competitivos y sostenibles, con el propósito de mejorar la calidad de vida, pudiendo aprovechar las mejores practicas de Estonia.
