Equilibrio entre vida y trabajo: una mentira

Creo que llego casi a odiar la expresión "balance/equilibrio entre vida y trabajo” y no es porque sea una ‘workaholic’. Lo soy, pero no es por eso... Lo prometo. 

Creo que ese concepto genera una exigencia que es verdaderamente imposible y poco realista. ¡La vida se desequilibra todo el tiempo! Y cuando lo hace, te sientes como un fracaso por no mantener tu equilibrio entre la vida y el trabajo. Además, la palabra equilibrio o balance y el acto de equilibrar/balancear implica que algo tiene más o menos peso o que todo debe pesar lo mismo. Las cargas de conciencia que veo todos los días porque ponemos más peso a la vida o al trabajo son terribles.  Además, algo importante: el concepto implica que "trabajo" y "vida" son dos cosas diferentes. Si "trabajo" no es "vida", ¿qué es? ¿Cuándo trabajamos no estamos viviendo?  

Así que, en verdad, desde mi punto de vista, no existe tal cosa como un balance. De hecho, llegaría a decir que la idea misma es una mentira insidiosa. Consideremos la filosofía de uno de los empresarios más exitosos de nuestra era, Jeff Bezos de Amazon, que piensa que toda la idea de la existencia separada es demasiado limitante. "La realidad es que, si soy feliz en casa, vengo a la oficina con una energía tremenda", dice. "Y si soy feliz en el trabajo, llego a casa con tremenda energía". 

Por lo tanto, en lugar de pensar en esto como una compensación de suma cero, trata de dar cien por ciento a tu trabajo y cien por ciento a tu vida personal. Ambos merecen lo mejor de ti. Para nosotros los adultos de mediana carrera, eso se traduce en: amar tu trabajo con sinceridad y convicción. Pero también ama tu vida en casa, y comprométete con eso también, inequívocamente, todo el tiempo. 

Así que, yo lo primero que hice fue cambiar eso de vida y trabajo por vida profesional y vida personal.  He visto que muchos hablan de trabajo y familia, en lugar de vida, pero me parece un vocabulario poco inclusivo. ¿Y si eres solter@ y sin familia directa porque viven en otro país? ¿No tienes balance y debería ser sólo trabajo?  Por tanto, a mí me gusta mucho más la distinción entre tus horas dedicadas a tu profesión y las horas dedicadas a tu persona. Y esas horas dedicadas a tu persona valen lo mismo si las dedicas a hijos o a ir al gimnasio o a una clase de teatro. La vida personal dedicada a otros a o un@ mism@ valen lo mismo. Son una elección personal que nunca se debe juzgar.  

En cuanto a “balance”, también lo he eliminado de mi vocabulario. Utilizo la palabra intersección. La intersección entre mi vida personal y laboral/profesional.  De esta forma, elimino ya el concepto de que alguna pese más que otra o que el éxito en una venga a expensas de otra.  

Y mi ejercicio semanal todos los domingos (es el tiempo que a mí me va bien, hay aquell@s que miran a todo un mes, por ejemplo) es decidir cómo se va a producir esa intersección de forma que me genere felicidad a mí y a aquellas personas que forman parte del área personal. Es decir, es una decisión conjunta. ¿Eso que implica? Que habrá días que mi parte profesional me requiera más horas y otras que sea lo contrario. Lo importante es que siempre estoy cien por ciento comprometida y presente en ambos espacios y sin pensar: ¡Ay! ¡Estoy aquí disfrutando de ver una película con mi pareja en lugar de estar trabajando! O... ¡Ay! ¡Otro día que trabajo hasta tarde, perdiendo matripuntos!  Hay días que los imprevistos surgen y esa intersección ideal no se produce... pues no me queda más remedio que disculparme y pensar cómo mejorar día a día.  Pero también he aprendido, que cuanto los imprevistos surgen, también debo estar al cien por ciento con dicho imprevisto. Si me surge una reunión de última hora, aviso lo antes posible en casa, y busco más tarde y en conjunto, como esa misma semana voy a hacer para tener ese tiempo personal de calidad que un día cedí al tiempo profesional.  No obstante, estoy 100% presente en esa reunión y jamás pienso: ¡Ay! Yo aquí en esta reunión cuando debía estar haciendo...  

Debemos ser flexibles con nosotros mismos siempre. Ya hemos aprendido que la incertidumbre y las sorpresas están más presentes a veces de lo que nos gustaría.  

Así que os reto a romper el paradigma del balance vida – trabajo y empezar a pensar en la intersección entre vida personal y profesional, a estar presentes y comprometid@s en cada una y aquellos que convivais con otras personas, que lo comuniqueis y trabajeis en dicha intersección de forma conjunta.   

¿Qué os parece mi filosofía?

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